Desde que nuestros caminos se separaron, la vida ha dado muchas vueltas…
Me quede con el propósito de reconstruir Phandalin, poner orden en las instituciones e instaurar una nueva era de paz y prosperidad.
Todo va por buen camino, el consejo de gobierno esta asentado, las minas funcionan a pleno rendimiento, el comercio va recomponiéndose poco a poco, e incluso han llegado nuevos inversores.
Lo que no me esperaba era la carta que llego hace 3 dias de uno de nuestros asentamientos de Chult. Necesitaban con urgencia apoyos y nuestra unidad había sido la escogida para prestar ayuda a nuestros hermanos.
En la carta decía que una terrible maldición estaba azotando el mundo y en concreto Chult. En Phandalin, el tiempo corre lento y los devenires del mundo pasan de largo.
La nota de buena caligrafía y sellado con el símbolo de la orden, decía que tenia que escoger a 5 hombres de mi entera confianza y partir hacia Puerto Nayanzaru, la ciudad emblemática de la península salvaje de Chult.
Sin esperar ni un minuto más, reuni a los chicos y les comenté que teníamos una misión que cumplir, los elegidos para acompañarme fueron: Jon Almapura, Wallace Espadarota, Yhina Corazonbravo, Shibatshu Escudo de Oriente y Regi Piespeludos.
Ellos y solo ellos podían y hacían un grupo de lo más compacto y letal.
24 horas antes de la partida hacia tierras salvajes, los salvajes vinieron hacia Phandalin. Un Grupo numeroso de Orcos y barbaros se avistaron en las montañas. Organizamos una defensa rápida y preparamos a la milicia para el choque.
En estos 4 meses cada 2 semanas nos hacían una visita estos pieles verdes, en represaría por la toma de Bocapeñasco… Lo que aun no han aprendido es que la fe es mas poderosa que la fuerza bruta. Nunca pasaron nuestras líneas.
Sin más, me puse al frente de las huestes de Phandalin y repelimos el ataque en menos de 2 horas.
Mi dios Tyr me había concedido suficiente poder para repartir justicia entre los barbaros pieles verdes.
Hoy, si hoy, el día que me marcho de esta maravillosa villa, he puesto en frente de la Orden en Phandalin a mi hermano, Gideon Ironblood, hermano de mil batallas y sabio como pocos.
Terminando de escribir esta carta, y con esperanza de que le llegue a su destinatario, solo deciros que aguantéis mis queridos compañeros, la ayuda está en camino.
En el camino hacia Chult, los 6 miembros de la orden viajan a toda velocidad con caballos Cormyrianos, para llegar en el menos tiempo posible. Estos caballos son los mas resistentes y veloces de faerum y por eso la orden se los proporciono a sus caballeros.
En el camino la compañía, tuvo que luchar, negociar, rescatar y demás proezas, hasta llegar a Nayanzaru.
El camino fue largo… demasiado largo… uno de nuestros compañeros cayo en el viaje, pero la ayuda ya está aquí.