Los Matsu se adhieren a una noción de Sinceridad mucho más tradicional que los "caminos torcidos" que sostienen otros clanes. Los Matsu no creen en las mentiras ni en los engaños, sea cual sea el motivo de los mismos. Dicen lo que quieren decir, con total honestidad, sin reservas. Los detractores del León pueden llamarlos descarados, violentos y antisociales, pero nadie ha afirmado nunca que los Matsu no digan lo que piensan.

Teniendo esto en cuenta, no es tan sorprendente que Makoto Seido se encuentre en las tierras de los Matsu. El antiguo santuario, una enorme estructura de piedra, está cubierto de las marcas de la edad y la intemperie, con sus suelos y pavimentos desgastados por los miles de visitantes que recibe cada año. El lugar está administrado por monjes que antaño sirvieron como pilares de la honestidad y la "sinceridad Matsu" en sus vidas de samuráis.