Los samuráis que no son dragones podrían objetar el nombre de la Fortaleza de las Colinas, ya que está situada en lo que cualquier otra persona consideraría montañas en lugar de colinas. Sin embargo, los picos al norte son mucho más altos y escarpados, por lo que los dragones consideran que el nombre es apropiado. El Torreón de las Colinas se construyó para bloquear el paso a la provincia de Togashi, obligando a los oponentes a tomar el camino más fácil, pero mucho más largo, a través de las otras provincias de Mirumoto. En la actualidad, nunca se ha intentado una invasión directa de las tierras de Togashi, y sería extremadamente difícil debido al paisaje, pero los muros de la Fortaleza de las Colinas hacen que esa opción sea completamente inconcebible. El pequeño tamaño del castillo se compensa con creces por su posición estratégica en un paso entre dos picos altos y escarpados, combinada con una ingeniería impresionante (sus muros se elevan mucho más de lo que cabría esperar para una fortaleza tan pequeña). Una misión en la Fortaleza se considera un deber muy honorable, ya que sólo puede albergar a un puñado de samuráis y a éstos se les exige el más alto calibre. A diferencia de otros castillos similares, la Fortaleza no cuenta con el apoyo de ningún pueblo cercano, ya que la tierra local tiene poco que ofrecer para ser habitada. Una caravana de suministros llega una vez a la semana y, si se interrumpiera, la guarnición de la Fortaleza tendría pocas posibilidades de sobrevivir más de unos días.
