Otomo Kenzan

Un influyente espíritu retornado diplomático al que se le ha encomendado la tarea de supervisar los eventos del festival se despliega sin problemas y a Hantei Okucheo se le atribuye el mérito de todas y cada una de las sonrisas en los rostros de todos y cada uno de los samuráis y campesinos. Fiel partidario de la dinastía Hantei, si por él fuera, los Toturi serían ejecutados como traidores, borrados de los registros y Hantei Okucheo sería colocado en el trono. Es conocido por estar dispuesto a hacer casi cualquier cosa para asegurarse de que se cumplan sus deberes. Es un hombre paranoico, lo que le salva la vida durante el festival, pero provoca un distanciamiento continuo entre él y su hijo bastardo Otomo Jigan.