El dios de la creación, Shontor, les dio vida a los tiefling a partir de la sangre infernal que adquirió del ser que fue derrotado por Ulthos cuando acechaba a Orander en la noche, según la Llave de la creación.
Con el paso de los siglos
se asentaron en diversas comunidades dentro de los reinos y llegaron
a fundar el suyo propio en el continente de Cylannar, llamado Dumont.
Allí prosperaron hasta el Cataclismo planar, que engulló sus
tierras, sumergidas en los dominios del mar, y les arrebató gran parte de su poder.
Gracias a sus dotes para
el comercio, los tiefling se recuperan en lo económico y están
consiguiendo buenas relaciones diplomáticas que les auguran buenos
tiempos.