Los dragones son criaturas de la antigüedad que habitaron Voldor mucho antes de que los Peregrinos fijaran su vista en este planeta, o al menos eso creen ellos. Lo cierto es que fueron los reyes del mundo durante milenios hasta que llegó la raza de las estrellas. Poseedores de una cultura ancestral, adoraron a dioses hace largo tiempo olvidados y hablaban una lengua propia. Lucharon fieramente contra los Peregrinos durante centurias, pero con el tiempo sus fuerzas fueron decreciendo. Los dragones siguen siendo poderosos, temidos y respetados por las nuevas razas, pero cada vez son menos, aun mucho después de la partida de aquellos que desfiguraron un mundo que ya no reconocen.
El odio hacia los Peregrinos de los pocos dragones que quedaron se extendió hasta sus esclavos, por lo que es frecuente que estos rechacen a las razas humanoides de Voldor y, de entre ellas, a los dracónidos más que a ninguna, a los que consideran aberraciones por proceder de experimentos hechos con sus congéneres. Por eso algunos dragones atacan a todo el que osa entrar en sus territorios; solo otros dragones o criaturas de igual o mayor poder pueden esperar alguna deferencia por su parte. Sin embargo, aún se pueden encontrar unos pocos casos que albergan el bien en sus corazones, como es el caso de Cytrawsealanthar, o Cytra, como la conocen unos pocos.