Lynette Puertas

Lynette Puertas nació en Puerta de Balduran, pero no llegó a conocer a sus padres. En sus primeros recuerdos ya vivía en un orfanato. Fue una niña apasionada y llena de ganas de vivir, y sobretodo, de cumplir su gran sueño, convertirse en una aventurera de renombre. A los 13 años escapó del orfanato convencida de que la vida en la calle la ayudaría a endurecerse y a conseguir las habilidades necesarias para cumplir su sueño, así como a conocer personas de las que aprender y que incluso podrían convertirse en sus futuros compañeros, pero solo encontró hambre, enfermedad y alguna que otra paliza, aunque desarrolló una capacidad asombrosa para esconderse y robar.

En esta situación conoció al que acabaría siendo su maestro, un ex aventurero que se dedicaba a ayudar a los niños de la calle con algo de comida y un humilde refugio para descansar y recuperarse. De él aprendió todo lo que sabe, a excepción de sus poderes psíquicos, que sigue sin saber muy bien de dónde vienen.

Tras un tiempo entrenando y aprendiendo de su maestro, se animó a empezar a coger trabajos de aventurera, pero entre la desmesurada ambición que la hacía coger trabajos demasiado grandes para ella y la torpeza típica de los novatos, empezó a desanimarse al ver que nunca conseguía que las cosas le salieran bien. Uno de estos trabajos terminó con ella detenida por la guardia, pero de camino al calabozo apareció Joao Flamingo, un desconocido que por algún motivo decidió responder por Lynette y sacarla de esta situación, pidiéndole a cambio que se convirtiera en su guardaespaldas.

Debido al fracaso de su experiencia como aventurera y a tener que soportar a Joao, que es una persona cuanto menos difícil, Lynette ha perdido esa pasión y ganas de vivir que la caracterizaban de joven. Ahora realiza los trabajos que le pide Joao, así como otros sencillos para el Puño Ardiente, con el único objetivo de conseguir tener una vida mínimamente decente.