/src/characters/r9CweyYUp0L6UpULfdimK1s06qyDcnCSAiLSmx13.jpg)
Anamanue Laeral Manoargéntea nació hace siglos, en algún punto de la Segunda Era, la quinta de las siete elegidas de la diosa Ioun. Cada una de las Siete Hermanas es una belleza poderosa e intemporal con una inclinación por la magia arcana.
Hace mucho tiempo, Laeral gobernaba uno de los pocos reinos humanos del norte, llamado Stornanter, y tenía el título de Bruja Reina del Norte. Después de eso, lideró una banda de aventureros llamada los Nueve. Conoció y se casó con Khelben Arunsun, quien más tarde se convertiría en el Vara Negra, el primer Archimago de Aguas Profundas. Después de la muerte de Khelben, Laeral se retiró de la vida pública.
Hace unos años, Dagult Nuncascua fue expulsado como Lord Público de Aguas Profundas. Laeral aceptó a regañadientes entrar en la vacante a petición de los Señores enmascarados, y ha servido como la Lord Pública de Aguas Profundas desde entonces. Inicialmente abrumada por las demandas de los nobles y los maestros gremiales, se ha adaptado bien a su nuevo papel. Usa su magia con moderación y confía en sus asesores y subordinados de confianza.
La magia de Laeral no es tan buena como lo era antes, aunque ella hace todo lo posible para soportar este hecho. Solo Licio, su amigo y asesor de confianza, conocía el alcance de su declive. A pesar de sus habilidades disminuidas, Laeral sigue siendo una maga formidable y lúcida, con mucha magia a su disposición.
En la medida que el tiempo se lo permite, a ella le gusta aventurarse fuera del Palacio Agundino disfrazada, solo para aclarar su cabeza o controlar a sus viejos amigos (y enemigos).
La relación de Laeral con Vajra Safahr, la actual Vara Negra. Tiene sus desafíos. Por un lado, Laeral es mucho mayor, mucho más sabia y mucho más poderoso que Vajra, a quien ve como una niña insegura. Además, Vajra maneja la Vara Negra, que tiene el alma de Khelben Arunsun y las almas de todos los otros Varas Negras atados dentro de ella. Laeral codicia la vara, porque contiene todo lo que queda de su esposo. No es sorprendente que las dos magas se eviten tanto como sea posible.