Xanathar

El Xanathar es el título que recibe el cerebro criminal que vive en las mazmorras existentes bajo la Ciudad de los Esplendores, un contemplador. No es el primero de su especie que posee esta denominación ni será el último.

Como todos los contempladores, el Xanathar es un tirano paranoico que encandila y amenaza a sus secuaces para que le sirvan. El Gremio del Ojo está formado por algunos de los individuos más despreciables de Aguas Profundas, así como por monstruos sometidos por la fuerza o atraídos hasta él con la promesa de conseguir tesoros, comida o poder. La traición en las filas del Gremio del Ojo es común en tanto que los siervos compiten por el favor y la atención del contemplador. Sin embargo, tales bondades son fugaces, ya que el Xanathar desconfía de inmediato de aquellos que trepan con malas artes para conseguir su gracia.

Este contemplador vive en una mazmorra debajo de Puerto Calavera, un asentamiento subterráneo conectado al tercer nivel de Bajamontaña. El lugar recuerda a un pueblo en ruinas, construido dentro de una caverna gigante que conecta con un río del subsuelo. Los miembros del Gremio del Ojo merodean entre los dañados edificios de Puerto Calavera, mientras que patrullas de calaveras llameantes hacen sus rondas por las calles.

La única criatura por la que el Xanathar se preocupa de verdad, aparte de por sí mismo, es un pez llamado Sylgar, al que mantiene dentro de un gran tanque de cristal. El contemplador tiene secuaces que cuidan del animal todo el tiempo, pero ni siquiera así pueden mantener viva a una criatura como esa para siempre. Cada vez que el pez muere, el pánico se extiende entre los ocupantes de la guarida, de manera que los esbirros tratan de reemplazarlo antes de que el Xanathar se dé cuenta de lo que ha sucedido. Por suerte para ellos, el contemplador no puede distinguir un pez de otro.

El Xanathar es en extremo aficionado al oro. Hace unos años, sus espías robaron la Piedra de Golorr, que contenía información que condujo al descubrimiento de una cámara secreta enana debajo de la ciudad. Hace poco, alguien ha robado la Piedra de Golorr de donde la tenía escondida en su guarida. De hecho, el Xanathar está convencido de que la Red Negra ha cometido el robo.

Desde entonces, el contemplador está atrapado bajo el inquebrantable yugo de su propia paranoia. Ve enemigos por todas partes y ataca a cualquiera de quien sospecha que pueda ser un espía o asesino de los Zhentarim.