Plasmoide
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Plasmoide

Los plasmoides son seres amorfos sin forma típica. En presencia de otras gentes, suelen adoptar una forma similar a la suya, pero hay pocas probabilidades de confundir a un plasmoide con algo que no sea eso. Consumen los alimentos por ósmosis, como una ameba, y excretan los desechos a través de pequeños poros. Respiran absorbiendo oxígeno a través de otro conjunto de poros, y sus extremidades son lo suficientemente fuertes y flexibles como para agarrar y manipular armas y herramientas. Aunque la mayoría de los plasmoides son grises translúcidos, pueden alterar su color y translucidez absorbiendo tintes a través de sus poros.

Los plasmoides no tienen órganos internos del tipo habitual. Su cuerpo está compuesto de células, fibras, líquido plasmático y grupos de nervios. Estos nervios permiten al plasmoide detectar la luz, el calor, la textura, el sonido, el dolor y las vibraciones. Los plasmoides pueden endurecer las capas externas de su cuerpo para mantener una forma parecida a la humana, por lo que pueden llevar ropa y accesorios. Hablan expulsando aire por cavidades tubulares que se contraen para producir sonido.

Cuando los plasmoides duermen, pierden su rigidez y se extienden, por lo que a veces se les confunde con una roca o algún otro elemento del entorno. Los plasmoides llegan a la edad adulta al final de la adolescencia y suelen vivir menos de un siglo, pero la esperanza de vida máxima de los plasmoides sigue siendo un misterio, ya que no muestran signos de edad.