Estas horribles criaturas voladoras parecen un cruce entre un murciélago enorme y un mosquito gigante. Sus patas terminan en pinzas afiladas y su larga probóscide azota el aire en busca de su próxima comida.

Las estirges se alimentan de la sangre de seres vivos, pegándose a ellos y drenándolos poco a poco. Aunque no son un peligro cuando son pocos, una bandada de estirges puede representar una amenaza formidable, ya que estas criaturas tienen la oportunidad de volver a adherirse a sus debilitadas víctimas en cuanto estas consiguen quitárselas de encima.

Las estirges atacan posándose sobre su víctima, encontrando un punto vulnerable y clavando su probóscide en la carne mientras sujetan al objetivo mediante sus pinzas. Una vez se han saciado, se separan y alejan volando, para digerir su comida.