Unas brillantes llamas verdes y una carcajada reverberante y demente siguen a una calavera sin cuerpo que patrulla sus dominios. Cuando descubren intrusos, las calaveras llameantes les atacan lanzando ardientes rayos por los ojos y ejecutando terribles conjuros provenientes de los rincones más oscuros de su memoria.
Algunos siniestros lanzadores de conjuros crean calaveras llameantes a partir de los restos de magos muertos. Cuando se completa el ritual surgen llamas verdes del cráneo, completando así la espantosa transformación.
Las calaveras llameantes solo recuerdan vagamente su vida pasada. Aunque podrían hablar usando su antigua voz y rememorar hechos clave de su pasado, no son sino un eco de su antiguo ser. Sin embargo, su transformación en muerto viviente les proporciona un acceso total a la magia que eran capaces de ejecutar en vida.
Las calaveras llameantes, inteligentes y vigilantes, sirven a su creador protegiendo un tesoro oculto, una cámara secreta o a un individuo particular. Llevan a cabo las directrices suministradas cuando fueron creadas y las interpretan al pie de la letra. Quien domine una calavera llameante debe preparar sus instrucciones con cuidado para asegurarse de que esta las realizará adecuadamente.