A primera vista, la silueta del roc parece la de un ave de presa común. A medida que desciende, sin embargo, su enorme tamaño se hace terroríficamente evidente. Cuando vuela, sus alas tienen una envergadura de más de sesenta metros. Cuando descansa, en lo alto de las montañas que habita, es comparable en tamaño con los dragones más ancianos.

Según las leyendas, en la primera era, cuando los gigantes combatían con los dragones en el nombre de sus dioses, estos crearon a los rocs para que sus adoradores pudieran desafiar el dominio de los dragones sobre las alturas. Cuando la guerra terminó, los rocs se liberaron del yugo gigante y se dispersaron por mipsum.

Aunque en ocasiones los gigantes de las nubes y de las tormentas doman a estos grandes pájaros, para los rocs hasta los gigantes son una posible presa. Son capaces de volar grandes distancias en busca de comida, surcando los cielos por encima de las nubes para llegar a sus cotos de caza favoritos. Pocas veces cazan a criaturas pequeñas o ágiles, e ignoran pueblos y bosques, en los que las presas pueden cubrirse con facilidad. Cuando encuentran una presa grande y lenta, como un gigante, una ballena o un elefante, los rocs se abalanzan sobre ella para apresarla con sus enormes garras.