Se dice que si el corte de un arma con este material es lo suficientemente profundo, puede hacer que te hierva la sangre hasta morir de una horrible agonía, aunque pocos son los que han llegado a ver con sus propios ojos ese efecto. A día de hoy se conoce el paredero de al menos 3 espadas cortas hechas con hierro rojo, custodiadas en la gran biblioteca de Altfort.