1. Journals

Entrada 05

Diario de Mordru

Seguimos para el Poblado de los Orcos Albinos y detrás de un pico vemos una gran columna de humo. El Ermitaño viene y dice que en una hoguera con tres trolls que se están zampando a un animal grande. Pero Valkar se caga y los evitamos.

 

Llegamos a ver un grupo de casas pero no sabemos si hay algo ahí. Va Simon y nos hace señas, mandamos de nuevo al ermitaño y nosotros nos quedamos esperando.

Vuelve el ermitaño preparando el arco y nos vamos acercando cuando oímos una flecha que ahuyenta  a unos buitres. ¡El Ermitaño ha cazado un buitre, bendita sea su descendencia por tal hazaña!. Hay cadaveres a medio comer y abandonados de lo que parece una batalla o asalto. Están las casas quemadas y se ve que son orcos, con huellas de huargos. Hilgath confirma que son de los suyos.

 

Seguimos forzando un poco y llegamos a un risco para pararnos allí para descansar. Cocinamos buitre y hacemos una hoguera en lo alto del risco (con dos cojones, gilipollas sí, pero con dos cojones de hacer un fuego en territorio enemigo).  Vuelvo a tener visiones en la hoguera sobre la joya y apago meando la hoguera mientras pienso que me ha quedao muy bien esta carne de buitre macerado en vino torjano.  ¡Qué me maten los orcos si así lo quiere el destino pero que me encuentren con el estomago lleno!

 

Simon y Samuel hacen la guardia y ven unas sombras a la vez que oyen un chillido. Simon, el kobold cobarde, sale corriendo escagarrinado pero Samuel se queda como un valiente. Samuel nos despierta pero no vemos más que sombras pero decidimos cuidar de las mulas. Las sombras vuelan y desaparecen de nuestra vista con lo que los animales están mas tranquilos. Ni rastro del Kobold pero mira, Samuel ha demostrado ser un valiente, ojala viva lo suficiente como plantar su semilla de valiente en alguna hembra.

 

 

Por la mañana Hilgath nos indica el camino a seguir. El muy hideputa dice que ha dormido bien sin enterarse de nada, que ha tenido un sueño profundo y Valkaar dice que le ha dio vino peleón anoche. Otra más como esta y a los orcos blancos les voy a regalar solo la cabeza Hilgath porque el resto de su cuerpo se lo van a tener que sacar el culo de Valkaar.

 

Hilgath nos lleva ante un poblado con una pequeña muralla. No parece haber nadie pero mandamos al Ermitaño que vuelve y dice que no hay actividad ni se ve movimiento por lo que nos acercamos envalentonados hasta la puerta.

 

Gritamos un inspirado “Hooolaaaa” y escuchamos eco y Valkaar pega un martillazo en la puerta,yo  le pico un poco y como los enanos entran a trapo se motiva y abre un hueco en la puerta. Al pasar por el hueco le cae brea pero el con mucha dignidad se acicala y se atusa el pelo.

 

Vemos un deposito en lo alto de una torre y empiezan a arrojar piedras desde las casas. A mi se me acaba la paciencia y pateo una puerta de la chabola que veo esta en uso por las pieles en el suele y subo por la escalera desde la que se escuchan pasos. Mientras Terito llama a Morgukla y luego obliga a Hilgath a arrodillarse: “Regalo”.

 

Valkaar ignora todo lo que esta pasando y va a limpiarse a un abrevadero de animales pero pero le lanzan una piedra. Ya parece que esto va a derivar en masacre y destrucción cuando llega un viejo con un cayado que se ayuda de una joven orca. El viejo nos dice en nuestro idioma: "¿Quién pregunta por ella?"

 

Nos presentamos y el viejo nos dice que Morgukla realizó el ritual de invocacion y llamó a los señores que habitan en las montañas y que eso se paga con sangre.  De hecho nos damos cuenta de que en el cruce de caminos llegamos a ver una estaca con un totem de un pajaro, manchado de sangre. Así que las sombras que casi nos roban las mulas e hicieron huir al puto kobold eran pajaros, es más, ¡los señores que habitan en las montañas eran jodidos buitres! Mira, yo ya no más.

 

Bueno, la cosa es que Morgukla se fue con todos los guerreros a la batalla y solo han quedado los viejos y los niños. De  la chica parece casi humana.

 

 

El viejo dice que se llama UruktahUruk-tah que significa en nuestra lengua “Tranquilo” y la joven que le acompaña y que parece casí humana es Milkra, y es la hija de Morgukla. Parece ser que la orca asesinada en la boda fallida esa que presenciamos era hermana de Milkra.

 

Nos despedimos de Uruk-tah y antes de que vuelvan a lanzarnos piedras o matar a Hilgath, nos marchamos para los campamentos en busca de Morgukla.

 

Vemos un claro en el bosque donde antes debía haber arboles y ahora hay campamentos y grandes hogueras. Según nos acercamos, llegamos a escuchar los ruidos de la batalla y por encima de nuestras  cabezas pasan las siluetas negras de los buitres engrandecidos.

 

Es la hora de la batalla.