Contactas con tu deidad o con un representante divino y, antes de que termine el conjuro, le haces hasta tres preguntas que se puedan responder con sí o no. Recibes una respuesta correcta para cada una.
Los seres divinos no son necesariamente omniscientes, así que puedes recibir como respuesta «incierto» si la pregunta pertenece a un ámbito más allá de su conocimiento. En caso de que una respuesta de una palabra sea confusa o contraria a los intereses de la deidad, el director de juego puede ofrecer una frase corta como respuesta.
Si lanzas el conjuro dos o más veces antes de terminar tu siguiente descanso prolongado, hay un 25 % de probabilidades acumulativas de que recibas una respuesta negativa cada vez lo lances después de la primera. El director de juego hace esta tirada en secreto.