Capitulo 3: Los muertos no cuentan cuentos
Vondal, Gareth y Vilaris se apresuraron rápidamente hacia el lugar de la explosión. Al llegar se encuentran con Thrud y Fen y una escena devastadora: un edificio destruido y once muertos. El grupo comienza a investigar la escena antes de que lleguen las autoridades. Vondal se da cuenta que la explosión fue realizada por un conjuro de Fireball. Fen aprovecha la distracción del resto para revisar el cadáver de un gnomo y encuentra una bolsa con gemas que guarda sin que nadie se percate. Al instante llega la Guardia de la Ciudad. Gareth y Vondal se acercan a hablar con los guardias que al ver que tienen buenas intenciones los dejan investigar la escena mientras el resto es separado del lugar. Ambos hablan con los testigos del hecho: una anciana que informa haber visto a alguien salir corriendo de la escena, una mujer que asegura haber visto algo en los tejados y un niño que permaneció escondido y encontró lo que parece ser el detonante de la explosión. A los pocos minutos vuelven y comentan lo que pudieron averiguar al hablar con los testigos: dos de los muertos eran Zentarims que al parecer seguían al gnomo que se dirigía al templo, el conjuro provino de una especie de marioneta que se encontraba en los techos y utilizo un Collar de Fireball. Al parecer había un tercer Zentarim que logro sobrevivir y se escapó en dirección hacia el barrio de nobles. Findolin cree que la marioneta es un Nimblewright y que son creados en el Templo de Gond.
Sin mas dilación los lleva a "La Casa de las Manos Inspiradas". Findolin aclara que los creyentes de Gond y Pelor no están en buenos términos por lo que Vondal le pide que le saque la armadura. Mientras están en la puerta una sombra se ve desde lo alto de la torre, activa un mecanismo y un pájaro de metal ataca al enano directamente en el pecho. Findolin lo ayuda a ponerse la armadura de nuevo y entran al templo. Tras caminar un rato se acerca una elfa y Vondal le reprocha enojado sobre el ataque que acaba de sufrir. La elfa se presenta como Valeta y les dice que debe tratarse de Nim, un nimblewright que les fue regalado por un mago lantanese. Van hacia la habitación del autómata pero se encuentra cerrada y nadie responde ante el llamado. Gareth le comenta que cree que Nim fue el causante de la explosión en la ciudad, golpea la puerta pero nadie contesta. Thrud intenta abrir la puerta de un hachazo pero Valeta se lo impide, no quiere que nadie moleste al constructo. Vilaris dice que puede abrir la puerta pero la elfa se interpone y no deja a nadie acercarse. El grupo se pone agresivo y son expulsados del templo por los mismos guardias. Gareth propone ir a La Uña Torcida pero el ladrón dice que levantarían sospechas. Entonces Findolin propone algo: infiltrarse en la morgue y hablar con los muertos mediante un hechizo. El podría hacerse pasar por un clérigo y le pide a Vilaris que consiga un traje de guardia de la ciudad para infiltrarse con el. Thrud se ofrece para esa tarea pero el consejero no esta muy de acuerdo con sus métodos y luego de que Vondal le recrimine por el hachazo, ofendido, el bárbaro se va sin mediar palabra. El resto sigue un plan para robar un traje: Vondal sostiene a Fen en un callejón, Gareth alerta a un guardia que encontraron a un semielfo robando. Al llegar al callejón el guardia se acerca a Fen, y Vilaris que estaba escondido arriba de un techo ataca y desmaya al guardia para poder quitarle el traje. Con el disfraz en su poder Vilaris y Fen se encuentran con Findolin en la Estación Principal de Waterdeep. El pícaro utiliza el traje robado y Fen se disfraza de guardia mediante sus habilidades. Sin mucho mas por hacer allí, Vondal y Gareth deciden seguir con la investigación siguiendo la otra pista.
Se dirigen a La Uña Torcida donde interrogan al vendedor, Talisol Valar un semielfo que les dice que no vio nada extraño. Vondal intenta descubrir si esta mintiendo y no ve nada extraño mientras Gareth observa la tienda en busca de alguna pista pero no encuentra nada extraño. Deciden investigar el entorno para verificar si ven alguna pista. El lugar adonde parece haberse dirigido el bandido es hacia la zona de residencias nobles. Se acercan a los guardias para sacar información pero no dan ninguna pista relevante. Al preguntar sobre los sirvientes nobles muertos uno de los guardias indica que pertenecían a las familias Valquiria y Helstrum, pero se niegan a revelar mas información por lo que deciden volver y consultar con Findolin si es que sabe algo sobre las familias involucradas. Al volver a la estación, este les comenta que Vilaris traicionó a Fen y se marchó. Les comenta sobre el interrogatorio y les dice que quizás Renaer pueda ayudar ya que al parecer la explosión se ocasiono por la Piedra de Golor. Gareth le comenta sobre las familias que nombró el guardia pero descarta totalmente la idea de que tengan algo que ver con el incidente. Deciden volver al templo y visitar a Renaer por la mañana.
Al llegar, se encuentran con Thrud que esta cenando en el salón principal. El paladín le comenta a que quieren hablar con él a lo que el bárbaro se rehúsa hasta que le ofrecen un trago. Vondal cuestiona a Thrud sobre la sangre en su ropa y este le dice que estuvo en una pelea en un bar. Gareth le pide disculpas por su comportamiento pero el bárbaro se muestra reacio en principio. El enano le ofrece sincerarse completamente pero Thrud le dice que perdió la confianza en él y aclara que solo estaba allí porque se sintió en deuda con ellos por darle un techo y un lugar en el que convivir pero no puede perdonar que Vondal le haya ocultado la verdad. El paladín le dice que Vondal tiene errores como todo el mundo y que creía que estaba haciendo lo mejor por él. Findolin interviene en la conversación y reafirma la idea de Gareth, prometiendole por Pelor que vengaran a su aldea. Thrud decide que lo meditara y que seguirá con ellos pero pensara en lo ocurrido.
Al siguiente día Gareth y Vondal ponen a Thrud al día con la investigación. Los tres van a buscar a Renaer para que libere a Fen y este acepta ayudarlos. Este les comenta que luego de que renunciara al trono pensó que no lo molestaran mas pero un gnomo lo siguió por meses, Dalakhar, un amigo de confianza de su padre. Renaer les indica que este gnomo estaba tras la Piedra de Golor y que luego de que fuera salvado por ellos de la guarida Zentarim, Dalakhar se interesó en conseguir información del grupo que lo había rescatado y al parecer estaba de camino a entregarles la Piedra para que se la devuelvan a su padre que se encuentra en Vonder. Se dirigen a la estación a liberar a Fen gracias a las influencias de Renaer. Tras ponerse al día con la investigación, el grupo decide volver al templo. Al llegar se encuentran con Vilaris en el salón principal y cuestionan su accionar, a lo que responde que hizo lo que tenia que hacer. Vondal le enfatiza que no puede dejar tirado a un miembro de la familia, pero este le responde que solo esta allí por el libro. Gareth le recuerda que estuvieron con él cuando estuvo en problemas y le indica que si va a estar con ellos por una cuestión de favores prefiere que se aleje. Fen cuestiona el accionar de Vilaris y su falta de confianza por revisarlo en la estación, a lo que el ladrón le indica que vio algo extraño en la escena de la explosión y cree que el semielfo les oculta un objeto importante. En el medio de la discusión Findolin los interrumpe e indica que hay un informante en la puerta. Vondal le pide a Gareth que lo acompañe, y el paladín a su vez le pide a Thrud que venga con el y le indica a Vilaris y a Fen que arreglen sus diferencias, cosa que no tienen en mente ninguno de los dos. Cuando estos vuelven, les informan que vieron a alguien que concuerda con la descripción del tercer Zen entrar en la Mansión Gralhund, en el sector noble de la ciudad. Vilaris se sincera y les confiesa que estuvo trabajando con los Zentarim y que a partir de ahora sera un espía doble. Les indica que Ulstur no existe, que es una distracción del gremio de ladrones para alejarlos de la piedra. Tras repasar sus opciones descartan volver al Templo de Gond y deciden ir hacia la Mansión Gralhund. Thrud indica que quizás pueda recibir ayuda de los Lords de Waterdeep por lo que se dirigen a la taberna para hablar con Jalester Silvermane. Este les indica que no los puede ayudar. Les aconseja que hablen con la Guardia de la Ciudad para conseguir una orden o le pidan al Lord ingresar en la Mansión. Los héroes deciden acercarse por el lado diplomático y hablar con Lord Gralhund. Jalester se despide y los héroes se dirigen hacia la mansión, a excepción de Vilaris que prefiere guardarse para su misión nocturna.
Deciden que Gareth sea el intermediario. Tras golpear varias veces la puerta no consiguen respuesta alguna y Thrud sin pensarlo dos veces tira la puerta abajo de un golpe con el hombro mientras algunos transeúntes miran la escena. Al entrar se encuentran con un jardín bastante amplio. Thrud intenta llegar al balcón pero no lo logra y Gareth también fracasa. Al intentar subir al balcón generan mucho ruido y de pronto dos sombras se manifiestan ante ellos. Tras batallar con las sombras se adentran en la mansión y se encuentran con dos bandidos Zen y varios cuerpos alrededor de la habitación. Fácilmente se encargan de los bandidos y siguen recorriendo las habitaciones. Encuentran muchos muertos. Vondal recoge unas llaves del cadáver de un sirviente y Gareth recoge un libro con la insignia de la familia Gralhund que parece importante pero no puede abrirlo y lo guarda en su mochila. En una de las habitaciones encuentran a nueve sirvientes escondidos y les preguntan que fue lo que pasó. Uno de ellos indica que los Zens ya estaban en la mansión cuando algo ocurrió y comenzó una batalla campal entre los guardias y los Zens. Thrud les pide que se resguarden mientras siguen revisando la residencia.
En la siguiente habitación encuentran una pelea en progreso, cuatro guardias enfrentándose a tres Zentarim que están protegiendo una entrada. Al acabar con los bandidos y entrar a la siguiente sala se encuentran con Lady Gralhund rodeada por otros guardias, esta les agradece. Gareth le pregunta que es lo que sabe y ella indica que los Zens entraron a robar y luego los guardias los atacaron para defenderlos. En ese momento la Guardia de la ciudad aparece y la mujer les indica que los héroes están ayudando y les comenta que Lord Gralhund esta en la habitación principal. Antes de llegar allí se encuentran con Yalah Gralhund, la hija de la familia junto a un semiorco que oficia de guardaespaldas. Fen intenta acercarse para seducirla y cuando el paladín ve sus intenciones lo golpea en la cabeza en señal de desaprobación. Los héroes le indican a la doncella que se resguarde mientras van a buscar a su padre. Al avanzar se encuentran con una barricada que impide el pasó pero Thrud utiliza su fuerza para destruirla. Dentro encuentran a Urstul Floxin que aprovecha el estruendo para escapar a la habitación anterior, cuando lo siguen, cinco Zentarim se interponen y comienzan a batallar. Minutos pasan en la batalla, los héroes reciben varios golpes pero logran acabar con cuatro de los bandidos, el ultimo intenta escapar y Gareth en un momento de poca lucidez lo comienza a perseguir seguido por Fen que también intenta atraparlo. A diferencia del paladín que sufrió mucho daño en batalla, el Zen está completamente ileso por lo que lleva bastante ventaja, sin embargo Gareth, enceguecido completamente logra seguirlo hasta el jardín donde el bandido se detiene en seco. El cruzado se adelanta dispuesto sin saber muy bien cual va a ser su próximo movimiento cuando de pronto siente una presión en el pecho y el filo de una daga en el cuello y es cuando se da cuenta que otros tres Zentarims habían entrado en escena. Gareth utiliza Curar Heridas sobre si mismo y antes de que pueda hacer cualquier otra cosa siente un golpe en la cabeza y pierde el conocimiento.
Al despertar se encuentra apresado en lo que parece ser una guarida Zentarim. Dolorido, golpeado, cansado. El paladín logra ver el revuelo que armó el grupo tras su accionar en la Mansión Gralhund. De pronto la puerta se abre, alguien entra en la guarida y Gareth esboza una sonrisa con las pocas fuerzas que le quedan, quizás sus posibilidades de sobrevivir ahora eran un poco mas esperanzadoras: Vilaris Gilrel acababa de entrar al edificio.