Kyushu, un hombre alto y delgado que viste una poco llamativa túnica gris y tiene unos profundos ojos negros. Es mayor y juguetea distraídamente con unas cuentas de oración desgastadas por el uso. Es cortés con todo aquel que le habla y le invita a tomar el té y a jugar al go con él. Conversará largamente con la gente sobre cualquier tema, pero en algún momento, hará la siguiente pregunta: "Dime, amigo mío, ¿hasta dónde llegarías para vengar el asesinato de tu Señor? Hipotéticamente hablando, por supuesto". No responderá a preguntas sobre por qué preguntaría esto, aparte de por "mera curiosidad", y la aclaración sobre las acciones del señor será respondida con un simple "¿acaso importa?".
Pertenece a una oscura secta que venera a Onnotangu, y esos templos suelen ser sanatorios.
Kyushu, un extraño y enigmático monje de una orden militante consagrada a Onnotangu, vaga por el Imperio en busca de un propósito desde la desaparición de su divino Patrón. Es un monje enjuto, que suele sonreír ante una broma desagradable que nadie más conoce.