Raisha corre como puede esquivando a todos los tranquilos ciudadanos de Fuerte Espina que viven ajenos a su preocupación y al motivo de su carrera. El sol estaba en lo más alto del día y echo un vistazo al niño que a pesar de sus cortas piernas, mantenía el ritmo.
- Así es, ¿Qué quieres, Flinn?
- Me envía Kirita, esta en peligro y te necesita. Hay unos tipos de mala cabaña que andan tras ella.
- De acuerdo, deja que avise a mis amigos y ...
¡No! Kirita no se fía de nadie y menos de la guardia o afines. Solo de ti. No te llevare salvo que vengas tu sola. Ordenes de Kirita.
No, no parecía razonable ir con un manto negro y varios sacerdotes de Prios ante alguien como Kirita aun sin conocerla aún.
La casa de Kirita estaba en el sur y no le faltaba mucho para llegar. No tenia mucha información y la ciudad era para ella un lugar peligroso y lleno de trampas muy diferente del bosque al que consideraba su lugar.
Al llegar a una esquina, un cansado Flinn le dio indicaciones de la casa de Kirita al doblar esa esquina y paro a tomar el aliento. Raisha dió una ojeada rápida por la esquina. Vio a un ambrio de aspecto peligroso cruzado de brazos delante de la puerta de la casa indicada por Flinn y escucho ruido de pelea de dentro de la casa. Es un barrio pobre y se ve que la guardia o la gente de bien no suele rondar mucho por aquí.
Tras decirle a Flinn que no pusiera en peligro, Raisha escaló sigilosamente por una de las casas de enfrente para poder tener mejor visión y desde ahí, mientras preparaba su arco veía lo que ocurría en dentro de la casa por alguna de las ventanas entrecerradas.
Dentro había otro tipo hombre de gran tamaño agarrando con una mano del pelo de una mujer mientras la arrastra tirando muebles y cacharros, blandía una espada en la otra mano. La mujer era de las tribus y tenia una decena de años más que los que tiene Raisha y mostraba rabia por la indefensión ante la fuerza de su agresor.
- Maldita seas, mujer, te vienes con nosotros por las buenas o por las malas, y yo prefiero que sea por las malas.
Raisha no lo dudo puesto que tenia un disparo fácil y una flecha se clavo en el pecho del ambrio que soltó el pelo de la mujer mientras intentaba inutilmente quitarse la flecha, cayendo de rodillas y emitiendo un sonido gutural.
La voz de su compañero hizo actuar al matón de la puerta que se dio la vuelta desenvainando su arma pero Raisha consigue recargar y disparar rápidamente alcanzándole por el cuello y haciendo que su entrada en la casa fuera más aparatosa de lo esperado.
Lo malo es que Raisha no sabia que dentro de la casa había otro tercero matón, de complexión delgada para movimientos ágiles y este había engatillado a Kirita con un cuchillo utilizándola de escudo.
- ¿Quien eres? ¿Por que te importa esta zorra barbara? Muéstrate y tira tus armas o la haré sangrar como a una cerda.
Mientras hablaba, se iba moviendo lentamente mirando hacia todos los lados.
Bien, pensaba Raisha. Si la quisieran muerta ya la habrían matado lo que me da tiempo. Raisha respiraba lentamente a la vez que comprobaba la respiración del matón que se había convertido en su presa e iba anticipando sus movimientos.
El disparo era difícil pero más que matar lejanas ardillas aprovechando huecos entre los arboles junto a su madre. Y así, Raisha soltó la flecha antes de que apareciera la figura del ambria por ese pequeño agujero en la ventana y le atravesó el rostro quedando libre de nuevo la mujer aunque salpicada de sangre.
Ahora si, tras comprobar que no hay ningún atacante más, se descuelga de su escondite y corre entrando en la casa con el arco preparado y ahi encuentra a la mujer manchada de sangre y esperando amenazadora con la espada arrebatada a su agresor.
- ¿Eres Kirita? Yo soy ...
- Se quien eres, Raisha del clan Enoai, y tambien conozco a tu hermana Agdala. Gracias a los antiguos Dioses que Flinn te ha encontrado a tiempo. Mi ŝuldas al vi mian vivon kaj kion mi nun havas, inkluzive de mia vivo, estas via nun, se vi volas ĝin. ( , es tuyo ahora si asi lo quieres>).
En ese momento, entro Flinn todavia jadeando y con una sonrisa en la cara al ver el desenlace afortunado.
- Bien, Flinn, entra y ayúdame a disponer de estos cuerpos antes de que vengan más y podamos irnos a otro sitio más seguro con Raisha, nuestra nueva hermana.