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  1. Journals

Raisha - Raisha conoce a Vargas

Relato

(En Fuerte Espina tras los Eventos con el pintor Barly)

La noche es fría pero el calor de la lumbre lo atenúa. RaishaRaisha echa otro leño a la lumbre y se queda observando el fuego y las llamas hipnóticas. De pequeña le parecia que el fuego era algo mágico y aun le sigue pareciendo magias por momentos con esa danza de las llamas, casi parecen pequeños seres. Hay brujas que son capaces de ver el futuro en el fuego, pero Raisha no sabe de que te sirve saberlo si el destino está fijado ya.

Tenemos suerte, aunque el cielo este gris no lloverá hasta mañana al mediodía y durará después un par de días más.

Coge su ocarina y entona el comienzo de una de las melodías de su tribu. Casi nadie lo sabe pero, ademas de a imitar los sonidos de los animales, a los niños Enoai se les enseña a hacer sonidos y melodias cortas para comunicarse en el bosque. Tienen nombres infantiles como "corre-trepa-salta" o "Conejo a tu madrigera" pero sirven para dar instrucciones o avisar de peligros inminentes. Raisha esta entonando "la llamada del pollito", que se usa para decir "Estoy aquí, ¿donde estáis, amigos?" pero a diferencia de su tierra natal, aquí nadie va a responder.

Aun no me creo lo que dices que le ha pasado a Cain - dice girándose hacia el adusto hombre que esta sentando a su lado compartiendo el cálido abrazo de la lumbre. - De hecho fue ´el quien me aviso de este trabajo y como una manera fácil de ganarme unos taleros puesto que sabia que estaba sin dinero y yo accedí a acompañarle.

Al decir esto, arroja con rabia una pequeña rama al fuego, se lamenta el no haber estado presente con su cuadrilla pero tenia una tarea urgente por hacer tras ayudarles en la lucha contra los dos ogros y el traficante.

- ¿Por qué no me cuentas con más detalle que les ocurrió?


Y se queda esperando la respuesta de Vargas "Gloomfang"

 Vargas toma un momento de reflexión. Los recuerdos se le entremezclan con el sonido de las melancólicas notas que salen de la ocarina de Raisha. Las palabras se le atoran momentáneamente por la frustración e impotencia de no haber estado allí para Caín. Exhala una bocanada de aire al manto estrellado. Respira profundamente y dice:

- No te diré como murió. Te diré como vivió.



Tras esto, se acerca muy despacio a Raisha mientras se aparta la pesada capucha negra, dejando ver su cabello platino. El fuego revela gran parte de su rostro. Presenta una tez pálida, cubierta por una barba desaliñada por días. Vargas con una mirada sincera, se fija en Raisha, con esas amplias pupilas negras circundadas por un iris grisáceo.

- Como bien sabrás, Caín era un Manto Negro.



Dice con voz apagada y melancólica, presa de la nostalgia.


-Caín era el primogénito de una familia noble venida a menos. Una familia descompuesta y desperdigada, destruida desde sus cimientos por la calamidad de la guerra...(divaga y masculla) y esa misma guerra lo presentó ante mi.



Con esta última frase arroja un par de ramas secas que partía mientras hablaba para avivar las llamas, mientras espera que Raisha se exprese.

Raisha contempla intrigada el rostro de Vargas y nota la tristeza en él, aunque siente como si su hermana estuviera susurrando  ahora mismo que no se fie, que no se puede fiar de nadie.

Al notar como sus miradas se cruzan, retira la mirada para volver a mirar al fuego.

- Si, lo cierto es que al principio ni sabía ni lo que significaba ese nombre: Manto Negro, Pero Caín me pidió que no lo comentara por ahí y le he guardado el secreto salvo una vez... y solo esa vez porque era necesario. Lo que me cuentas de su pasado explica su sarcasmo y esa coraza que mostraba como si las ninguna persona mereciera ser salvada debido a sus pecados.

Y vuelve a girar la cabeza hacia Vargas mientras le extiende una mano en la que hay unos escasos frutos y bayas.

Al principio me daba miedo, mucho miedo y no me era de fiar pero luego he ido viendo que, a su manera, se preocupaba por sus compañeros y sobre todo de mi. Siempre me advertía de que la ciudad era más peligrosa que el bosque porque sabía que en la ciudad y en la llamada civilización, yo era la presa y no el cazador.

Come una de las bayas despacio, sin prisa y haciendo pasar su ácido sabor por toda su boca.

Le apreciaba, Vargas. De todo ese pequeño grupo junto a Fargos, Valdiblok y Lilia; al único que conocía de antes y en quien confiaba era de Caín aunque chocáramos en nuestros puntos de vista. Era un astuto guerrero que parecía salvarse siempre, por eso no consigo aceptar que ya no este aquí. Si hubiera estado yo allí con ellos...

Y espera a que Vargas le cuente más.

Vargas entiende y respeta las palabras de Raisha. Acepta de buen grado y toma un par de frutos de la mano de Raisha que tan humildemente le ha ofrecido. Sin quererlo, roza uno de sus dedos, quedándose un poco perplejo pues... no deja de ser insólito que ella tenga la mano tan tersa y suave, dedicándose a lo que se dedica. Tras un breve suspiro, continua.
- El trabajo de... Caín no ha caído en saco roto. Ahora conforma su legado y juro por Prios que lo culminaré aunque para ello tenga en invertir hasta la ultima gota de mi sangre.-Dice con ahínco mientras se hace una señal en la frente, con la sangre que le brota de una de las manos de tanto apretar el puño.                                                                   -

- No le faltaba razón, de todos los lugares que conozcas, éste sin duda es el mas voraz y despiadado. No has de fiarte de nadie.-Le dice mientras agita el dedo índice de su mano derecha en señal de advertencia.


 -Ni siquiera de los Manto Negro.-Añade.
- No todos comparten mi prisma dentro de la organización. Hay muchos que, sabiendo lo que yo sé, te apresarían nada mas verte. Forzándote y torturándote en un interrogatorio cruel, hasta tu último aliento. Con tal conseguir lo que desean.-Advierte.


 -Si, Raisha sé mucho de tí, de tu hermana, algo de tu compañera Meryn y sobre todo de Gelthar. De cuando en cuando, solía vigilar desde las sombras los quehaceres de... Caín, ya que estaba a mi cargo y bajo formación. Cuando no, la información de las notas cifradas que me enviaba eran más que suficiente para completar el resto del puzzle.-Dice mientras gesticula de manera calmada.
- Como yo lo veo, ahora mismo tienes dos opciones-Dice de manera suspicaz.
-Puedes coger esta daga e intentar silenciarme para siempre, pues solamente yo poseo información concerniente a tus amigos y  tu familia. Nadie más sabe que estoy hoy aquí.-Dice mientras se saca una daga de una de las botas y se la ofrece por el mango a Raisha.
- O por el contrario, puedes confiar en mí  y contarme todo lo que sepas acerca de ese tal Fargos. Ayudándome así, a vengar la muerte de mi pupilo... Caín y del resto de tus compañeros.-Dice mientras extiende la otra mano con el diario que encontró en los Aposentos de Caín.

- Tú decides, en ambas opciones corres un riesgo.-Dice en tono vehemente.

 Raisha, durante la conversación, no debería tardar en darse cuenta que para Vargas... Caín pudiera ser el hijo que nunca tuvo o al menos se nota que lo quería como tal. Pues el hecho de como se expresa sumado a que apenas puede articular palabra antes de decir su nombre, revelan en su triste mirada que así debió ser.

 Vargas, sentado y con ambos brazos extendidos (uno con una daga sujetada por la hoja y otro con un diario de cuero grisáceo) espera pacientemente la decisión de Raisha

Raisha se ha sentido turbada, casi avergonzada, con el toque de Vargas. Manos frías y ásperas de una vida que no envidia. Desde luego es muy diferente de Cain pero vuelve a escuchar la voz paciente de su hermana: no te fies, no te puedes fiar de ellos.

Tras escuchar la proposición de Vargas con las manos extendidas ofreciendo la daga y el libro y su tono nostálgico, espera un momento para sopesar las palabras que va a decir y sin apartar la mirada del fuego, le responde:

. Guárdate ambas, Vargas. La daga es de buena calidad pero no soy una asesina, soy una cazadora y tú no me has hecho nada por lo que matarte.

Y suspirando añade:
 Y tampoco quiero ver el diario, son cosas de Cain y de vuestra orden. Quizás si lo leo, cambie de opinión y maldiga el nombre de Cain y no quiera vengarlo, así que aún con lo curiosa que soy, dejemoslo estar. Te ayudare a vengar a Cain, a Lilian y a los demás porque siento que les falle al no estar ahí en ese fatídico momento aunque fuera mi destino morir con ellos... Y porque quiero creer que ellos también lo harían si fuera yo la a que debe ser vengada.

Y pasa a mirar a Vargas a los ojos, decidida.
- Bien, ¿que es lo siguiente a hacer?

Y se queda esperando instrucciones de Vergas
- Disculpa por ponerte en esta tesitura. Has elegido sabiamente.-Dice Vargas con aire altanero y gestos de aprobación.

- Uno, siempre tiene elección. Incluso cuando todo parece perdido... incluso cuando estás entre la espada y la pared. Ahí es donde sale a relucir tu verdadero ser, donde se manifiesta la fuerza de tu alma.-Comenta, esbozando una sonrisa, mientras se queda contemplativo mirando al fuego.

Al cabo de un rato Vargas parece mas animado, ve en Raisha una persona que podría encajar para con sus planes. Una persona digna y competente, a la que poder recurrir para completar esta ardua empresa.
 -Raisha, acepto tanto tu ayuda, como tu compañía.-Dice mientras le obsequia con un broche metálico un tanto parecido al suyo.

- Si alguna vez, te ves en una situación un tanto complicada ''con la civilización´´ y no me hallo a tu lado en ese momento, ese broche será tu salvo conducto. Mas sólo has de mostrarlo en caso de extrema necesidad, ya que no es un obsequio muy común. El abuso de su uso podría condenarte a la ruina.-Argumenta mientras espera que  Raisha  acepte este obsequio.

Raisha se queda mirando el broche. Sabe el peligro que encierra aceptar ese obsequio, pero también sabe que sería una necia no aceptarlo en estas ciudades peligrosas porque puede llegar a salvarle la vida.

Finalmente ignora las palabras de advertencia que le diria su hermana de estar aquí,alarga la mano y coge el broche. Lo mira y lo acaricia, sin duda  es más viejo que ella y puede que que más viejo que su madre, y además tiene una bonita manufactura. Estos símbolos pesan más en el alma que en el bolsillo.

- Gracias, Vargas, espero ser digna de semejante "obsequio". Ya ha visto como reaccionan los ambrios ante el símbolo de los manto negro como para saber ocultarlo y ojala no tenga que necesitar hacer uso de él. ¿Como te puedo ayudar a vengar a tu púpilo?

Y se queda esperando la respuesta de Vargas

 Vargas se levanta toscamente mientras se rasca la barba.

Tan solo decirte que esta no es una empresa que se pueda completar en pocas estaciones. Ahora mismo, tan solo podemos limitarnos a esperar su próxima fechoría. Algún día dará un mal paso o cometerá alguna temeridad imprudente, le iremos siguiendo la pista. Ese día, estaremos allí. Hasta entonces me incorporaré a vuestro grupo y os ayudaré en vuestros quehaceres, honrando su memoria.
 

Faltan unas pocas horas para que salga el sol ambos empiezan a recoger sus bártulos y apagando el fuego se dirige a Raisha.

 -Debemos reunirnos con vuestro antiguo grupo, sin demora. Mientras tanto, por el camino te contaré con todo lujo de detalles, lo que aconteció aquella fatídica noche para con tus camaradas.


Vargas le hace un gesto a Raisha para que ella sea la que marque el camino. (lo acontecido aquella noche está narrado en ***. Al terminar de contárselo todo y sin omitir nada, dirige la mirada hacia Raisha. Su cara refleja tristeza pero sus ojos arden con férrea determinación.

- Te he ofrecido, la cruda realidad. Nada mas y nada menos. Siéntete libre de compartir esta información con quien estimes oportuno, mas aconsejo cautela en estos casos. - Dice mientras presta atención a las palabras de Raisha

Tras recoger sus pocas pertenencias y ocultar los rastros del fuego como haría en el bosque, Raisha marcha junto a Vargas y escucha aterrorizada su relato.

¡Pobre Lilia! No se merecía una muerte tan horrible. ¿Fargos? Nunca habría sospechado del Padre Fargos, parecía tan amable - ¡No te fies de nadie! ¡Eres una ingenua!, le llegan a su mente las palabras de su hermana. De Vladibok podria esperarselo puesto que su mente estaba trastornada y su falta de precauciones antes la corrupción... ¿Pero Fargos?

Raisha nota la cara compungida de Vargas y se asusta al pensar que ella podría haber acabado también calcinada y a saber que otros sufrimientos hubiera padecido a manos de esa abominación demoníaca.

¿Encontrasteis los restos de un bárbaro que no encajara con el lugar? No se si Cain llego a escribir notas sobre este grupo al que nos unimos en busca del pintor al igual que lo hizo sobre Gelthar, Meryn y Eff. En esta tarea aparte del padre Fargos y su discípula Lilia, nos acompañaba un extraño bárbaro tatuado con el aspecto de un vagabundo con un bastón lleno de runas, el pobre parecía trastornado y que su vida tampoco había sido nada fácil como la de Caín. Su nombre es o era, Vladibok.

Raisha continua andando aunque no sabe muy bien donde llevarle, así que de momento dirige sus pasos en dirección de la posada de la Bruja y el Familiar. Es de los pocos sitios amables que ha encontrado en Fuerte Espina.

- En cuanto a mis compañeros, queda aun dos días antes de que nos reunamos. Puesto que todos teníamos cosas que hacer, acordamos vernos en el amanecer en la puerta norte de Fuerte Espina, cerca de la plaza del Sapo. Es a ellos a quienes con quienes tenemos que compartir el destino de Cain para que ellos tambien decidan lo que van a hacer. Por mi parte aún tengo que hablar con la persona que nos contrató para cobrar la otra parte de mi sueldo aunque no se muy bien que mentira contarle puesto que la verdad es... la verdad no puedo... la verdad no se puede contar.

Y Raisha mira a Vargas pidiéndole ayuda:
- Vos que tenéis más experiencia en ocultar este tipo de sucesos ¿alguna idea?


Y se queda esperando a ver si Vargas le ayuda

- Descuida, te acompañaré. Para mi tratar con ese tipo de gente es ''el pan de cada día´´. Me aseguraré de que se te pague lo estipulado. Por otro lado con respecto al compañero que mencionas fue presa de las llamas, al igual que el resto. Lo siento.


Con un gesto de condolencia, sigue andando cerca de Raisha