Pocos habitantes en Jiruun se dedican al comercio más allá de granjeros, cazadores y pescadores locales. Dulluna es la excepción, pues se gana la vida comprando y vendiendo objetos adquiridos en ciudades vadanias y mida a través de sus contactos con los vendedores locales. Si alguien necesita comprar armas, armaduras u objetos de aventurero, esta mujer está siempre dispuesta a pactar un precio justo e incluso a cobrar en monedas de oro extranjeras.
