Como
si se tratase de una profunda herida, hectáreas de bosque han sido
reducidas a cenizas. Los árboles han ardido completamente y se
pueden encontrar cientos de cuerpos trasgoides carbonizados, con las
armaduras fundidas sobre los huesos. Aunque ya ha pasado tiempo, el
suelo sigue caliente y vapores ardientes brotan de las grietas
formadas en el terreno.
