Muchas fueron las tribus humanas que emprendieron el Gran Éxodo, buscando lugares donde asentarse tras la marcha de los Peregrinos. Algunas de ellas iniciaron el viaje al oeste, siguiendo la puesta de Avor, hacia lo que más tarde sería el Reino de Zabáriax. Sin embargo, no todas llegaron a su destino, muchas de ellas se perdieron en el camino para ser olvidadas con el paso de los años. El caso de los alunos no fue exactamente así.
Ya desde que dejaron atrás la sombra de los Peregrinos, en los primeros días, los alunos se enamoraron de los caballos. E incluso antes, aquellos con la suerte de haber conocido a estas bestias ansiaban la libertad de la que hacían gala. Así, lo primero que hicieron tras abandonar los enclaves de sus antiguos amos fue buscar a los que se convertirían de por vida en sus compañeros. Cabalgando libres a lomos de los caballos que adoraban, los alunos quedaron encantados con las posibilidades de las tierras que se abrían ante ellos. Marcharon por delante de sus tribus hermanas como exploradores, perdiéndose durante semanas o meses en las regiones occidentales de Voldor. Con cada año que pasaba, los alunos entendían cada vez menos a las demás tribus, que buscaban un lugar donde asentarse, hasta el punto de que comenzaron a pensar que el hogar se encontraba sobre el lomo de un caballo y bajo las brillantes estrellas.
Ya casi a mitad de los Baldíos de Shabana y tras haber conocido a los elfos Banjora de Vindusan, con los que los alunos no hicieron buenas migas, el joven Danau, el primero de sus líderes, anunció a las demás tribus que se habían cansado de buscar un lugar que no necesitaban y que sus caminos debían separarse. Pusieron rumbo al sur, donde sus exploradores hablaban de una gran llanura en la que los caballos corrían como el viento. Por fin los alunos llegaban a Sananda.
Allí se toparon con la Gran Hueste Tormentosa, depredadores sobrenaturales que recorren las llanuras y que fueron traídos accidentalmente a este plano por los Peregrinos. Danau se unió a ella, salvando a su pueblo del exterminio y convirtiéndose así en el primer humano que se ganó un puesto entre estas criaturas. Según las leyendas, al morir, el primer líder de los alunos se convirtió en un uati, unas aves rapaces de color blanco y de trece pies de envergadura, sagradas para la tribu y a las que siguen en sus migraciones por las llanuras.
Tras años de vagabundear por Voldor, los alunos se han convertido en un pueblo fuerte, hombres y mujeres con la piel tostada y curtida por el brillo de Avor y el viento. Son una tribu nómada con unas leyes duras pero justas que se transmiten oralmente en forma de canciones. Estas se conocen como el canto de los uatis, y la más cantada de todas es la Leyenda de Danau, la base de las leyes del pueblo aluno. Aunque no tienen ciudades ni pueblos, sí que existen diversos emplazamientos en los que reunirse, acampar o pasar ciertas temporadas, como la llamada Piedra del Uati, lugar sagrado para todos los alunos.
La tribu de los alunos se organiza por hordas, grupos de alrededor de unos cien individuos guiados por un líder, al que se le da el título de lukar. Las hordas están formadas por familias a las que se puede unir cualquier individuo siempre que tenga sangre aluna y no haya sido expulsado de otra horda. Si un aluno expulsado es descubierto en otra horda, la pena será de muerte. La horda más numerosa está formada por varias más pequeñas y es conocida como la Hueste de los Alunos, a cuyo frente se encuentra un único líder que recibe el título de aluinar («gran guerrero»). No cualquiera puede aspirar a ser el aluinar de los alunos, solo el lukar de una horda puede retarlo para arrebatarle el liderazgo. El ritual comienza con el actual aluinar y el aspirante frente a frente, las muñecas atadas entre sí con unas riendas de cuero; entonces se clava un puñal a seis pies de distancia de la espalda de cada uno de los contendientes. Las reglas son claras y simples: el que mate al otro será el nuevo líder de la tribu.
Los alunos viven principalmente de la caza, de la que sacan alimento y pieles con las que vestirse y comerciar. También recolectan allá donde acampan, ya sean frutos, madera o cualquier cosa a la que puedan sacar provecho. Su destreza a la hora de capturar caballos hunnen hace que sean los principales proveedores de sus hermanos luanos, de quienes obtienen todo tipo de provisiones y productos manufacturados que no pueden encontrarse en las llanuras, tales como armas de acero o útiles de montura. Comercian con todo aquel que encuentran y que no tenga intenciones hostiles, exceptuando a trasgos, cíclopes, saurios y criaturas afines.
Creen en la libertad por encima de todo, aunque son proclives a seguir designios divinos o señales en el viento o en el vuelo de un uati solitario. Estos viajes personales, apartados de sus hermanos, acaban generalmente en vivencias que son consideradas un rito con el que empezar su edad adulta, ya sea habiendo ayudado a un desconocido, librando a una caravana de sus saqueadores trasgos o matando a uno de los temidos saurios «marcados». Se mostrarán serios hasta que crean que una persona es digna de compartir la hoguera con ellos, momento en el cual cantan sus canciones a la luz de las estrellas; es por ello por lo que sienten un gran respeto por los bardos. El arte de la guerra es lo segundo que más valoran, pues lo llevan practicando desde que se libraron del yugo de los Peregrinos, y desprecian las muestras públicas de debilidad.
Como parte de su idea de libertad, los alunos no suelen atarse a nadie, por lo que es corriente que tengan varias parejas o ninguna, según sus estados de ánimo. Sin embargo, sí conciben las uniones de por vida: el matrimonio aluno es sagrado y se da tanto entre personas de distinto sexo como del mismo. Cuando una persona está segura de querer unirse a alguien, se corta la trenza que los alunos se dejan crecer desde la infancia y con ella confeccionan un collar. El hombre o mujer a quien se profesa el afecto puede rechazarlo, tras lo que el collar se quema y su dueño no puede volver a intentar casarse con nadie hasta que esa trenza haya crecido de nuevo. En el caso de aceptarlo y lucirlo frente a la tribu, el matrimonio se considera establecido, siendo motivo de celebraciones que pueden durar hasta una semana.
Los alunos temen pocas cosas, pero a la que más es lo que han dado en llamar «la muerte de paja». Morir de enfermedad y no por la lucha o sus heridas es la mayor preocupación de un aluno, con lo que sienten también un gran respeto por los sanadores capaces. Uno de los más respetados es Kreoth, de la Piedra del Uati. Con respecto a los ritos funerarios, el cuerpo del fallecido es quemado en una hoguera y sus cenizas son esparcidas por las llanuras mientras se cabalga a lomos de un caballo. Así vuelven a la tierra que ha sido testigo de sus vidas, para poder renacer de nuevo una y otra vez hasta que puedan convertirse en uatis. Los nombres de los muertos se recuerdan mediante canciones, pasando de generación en generación, con la esperanza de que puedan cumplir con su destino y ascender junto a Danau.
- Nombres de mujer: Alura, Menthel, Sistra.
- Nombres de varón: Danau, Riss, Wurtz.