El nombre de esta diosa de la muerte se olvidó hace mucho tiempo, pero se la llama la Reina Cuervo. Ella es la hilandera del destino y la patrona del invierno. Marca el final de cada vida mortal, y los dolientes la llaman durante los ritos funerarios, con la esperanza de proteger a los difuntos de la maldición de la no-muerte. Ella espera que sus seguidores acaten estos mandamientos:
- No tengas piedad de los que sufren y mueren, porque la muerte es el fin natural de la vida.
- Derriba a los orgullosos que intentan deshacerse de las cadenas del destino. Como instrumento de la Reina Cuervo, debes castigar la arrogancia donde la encuentres.
- Mantente atento a los cultos de Vecna y elimínalos cada vez que surjan.
La Reina Cuervo fue una vez una poderosa reina-bruja mortal que ejercía magia de hielo. Cuenta la leyenda que antes de su ascenso a Deidad, cuando los dioses andaban la tierra, las razas mortales no perecían de manera natural. Los dioses creadores no querían dar a sus hijos un destino ineludible tan cruel como la muerte. Fue la Reina Cuervo, quien enseñó a los padres de la creación, que la vida debía seguir un ciclo cerrado, y que la eternidad debía ser de las almas que viajasen al encuentro de su deidad más cercana. Así, tomó control sobre el paso de las almas al más allá y ascendió a ser la Diosa de la Muerte.
Su animal sagrado son los Cuervos, y su hogar Arcadia, el puente entre el Plano Material y los Planos Superiores.