La ciudad de Grenest, fundada originalmente por medianos, creció rápidamente hasta convertirse en una próspera comunidad. Su éxito no es sorprendente, ya que Grenest es la única población de tamaño considerable en el camino entre Fortaleza Candelero y las ciudades en el centro de las Grandes Colinas. Las caravanas comerciales que pasaban por Grenest traían oro a los comerciantes y artesanos de la ciudad, pero esto también atrajo la codicia del Culto del Dragón, que convirtió a esta ciudad en una sombra de lo que era tras sus redadas por la Costa de la Espada.
