Los demonios engendradores, o sibriex, habitan en lugares remotos del Abismo, donde usan sus habilidades abyectas para crear nuevos horrores y buscar conocimientos ancestrales. Hay quien piensa que son tan antiguos como el propio Abismo, y su cuerpo segrega chorros de sangre y bilis que contaminan el terreno circundante.
Los sibriex llevan milenios acumulando conocimiento de todos los planos y atesorándolo para cuando pueda resultarles útil. Su gran intelecto y la riqueza de información que poseen hacen que muchos acudan a ellos, incluidos los señores demoníacos. Algunos sibriex son consejeros y oráculos que manipulan a los demonios para conseguir sus propios objetivos, mientras que otros difunden sus conocimientos si con ello sacan algún beneficio.
Los sibriex pueden canalizar el poder del Abismo para crear nuevos demonios a partir de otras criaturas. Algunos demonios les piden dones físicos, ya que son capaces de injertarles nuevas partes corporales que aumenten su fuerza, visión o resistencia. Sin embargo, los sibriex nunca ofrecen su ayuda gratuitamente y exigen un servicio o tesoro a cambio de la carne que proporcionan.