Amushan es una antigua región ubicada en el suroeste de Aenith, conocida por su rica historia y su diversa cultura influenciada por genios y otras criaturas mágicas. Su clima es mayormente árido, con vastos desiertos y oasis esparcidos que sustentan a las ciudades y poblaciones. Amushan es famoso por su arquitectura exótica, sus mercados bulliciosos llenos de artesanías y especias raras, y su política compleja dominada por poderosos teócratas y nobles.

El pueblo de Amushan, debido a su situación de continua guerra durante unos 15 años, es un pueblo bastante apagado, hay poco que celebrar, aunque la situación está medianamente controlada porque los últimos 3 años la guerra ha entrado al territorio élfico, el constante bucle de comercio marítimo y alistamiento de nuevas tropas obligatorio a los 16 años de edad ha dejado en la nación solo a los suficientemente ricos como para aportar con moneda a la causa o a los lisiados que no pueden sujetar un arma pero aún pueden trabajar por la gran causa.

Son la mayoría creyentes, y sobre todo algunos son fanáticos, pero creen que su causa es justa pues aún en guerra, nunca les falta comida y su ejército está siempre alimentado y en forma. Muchos rumores hablan de que su gran dios Sol les ayuda con enormes cantidades de oro y/o ángeles de fuego, y es que se sabe que desde el puerto llegan cargamentos de oro e intercambios de bienes de sitios donde su clero ha viajado en pos del comercio. Los lisiados del frente hablan de cómo las Ascuas y algunos Capitanes comandan criaturas que respiran el mismo fuego del que están hechas, por esto probablemente los elfos están retrocediendo.

Aún así, hay mucha pobreza en las calles de su capital, lo cual es ilegal por orden del Gran Fuego, aquel que es pobre debe abandonar la ciudad o ser azotado todos los días por los azotadores de turno (un trabajo mal pagado que se ofrece en la asamblea de la moneda). No falta trabajo nunca, el que no puede montar en barco, debe ser artesano, el que no puede ser artesano, guerrero, quien no tiene la destreza corporal debe servir cómo mula de carga, pero todos deben contribuir, todos deben vivir su vida aprovechando hasta la última ceniza que mantenga su alma. Incluso recoger cadáveres del frente es un trabajo, se recupera equipo y en ocasiones materiales.