Los semidragones son el producto de la unión entre un dragón polimorfado y otra criatura. Aunque también se sabe de seres que se han transformado en semidragones como consecuencia del conjuro de un mago enloquecido o un baño ritual en sangre de dragón. Independientemente de su origen, los semidragones son criaturas que combinan la esencia de un dragón con la forma de la otra raza. Todos los semidragones tienen una apariencia similar y poseen habilidades especiales.
Los semidragones no pueden procrear. Aquellos que estén empeñados en hacerlo deberán, casi indefectiblemente, recurrir a la magia. Pero, a cambio, estas criaturas disfrutan de una larga vida. La mayoría de los semidragones pueden vivir el doble de lo que lo hace su linaje no dracónico. Un semidragón humano, por ejemplo, podría vivir más de un siglo y medio.
Los semidragones heredan los rasgos de personalidad típicos de su linaje dracónico. Así, los semidragones de oro suelen ser tímidos y reservados, mientras que los de cobre son más traviesos y juguetones. Los semidragones verdes tienden a mentir y los blancos suelen ser toscos y poco inteligentes. Estas características no son tan exageradas como en los dragones auténticos, pues el linaje no dracónico las modera. Sin embargo, la arrogancia, la codicia y la paranoia son rasgos de personalidad que incluso los semidragones buenos poseen.