Cuando las raíces negras y las espinas de Nocturna te absorben, tu destino es alimentarla y morir. Si esto ocurre cuando un Tenor está cantando su Nana de la Luna, tu alma no encuentra un descanso, pues te transforma en una criatura torpe y lamentable, a penas capaz de moverse o actuar por voluntad, que siempre vagará en ruinas desoladas cómo prueba de que Nocturna destruyó el lugar.