El dominio del primer vampiro
En Barovia, la noche es una maldición. Con la llegada del ocaso, de las oscuras torres del Castillo Ravenloft surgen ánimas malignas que hacen cumplir la voluntad de un amo inmortal. Este es el reino del conde Strahd von Zarovich, un vampiro cuyas depravaciones lo han condenado a él y a innumerables generaciones a ciclos interminables de obsesión y desesperación.
Los aullidos de los lobos y los graznidos de los cuervos resuenan por los lúgubres valles y angustiosos bosques de Barovia. En comunidades aisladas, el temor a un amo distante, a sus funestos sirvientes y a males antiguos que asolan la tierra enturbia las vidas de los supersticiosos aldeanos. Todos los habitantes del dominio saben que deben temer las Brumas y las largas noches barovianas, pues el diablo Strahd observa a través de ellas y toma para sí todo cuanto desea.