Como todas las Ciudades-Portales, Autómatas es, en muchos sentidos, un diminuto reflejo del plano al que está conectado, Mechanus. Todo está ordenado. Algunos lo describen como una máquina más que como una ciudad. Todo está construido en ángulos rectos y utilizando líneas rectas. La ciudad tiene muros rectangulares y las calles están dispuestas en una cuadrícula perfecta para formar manzanas cuadradas, de modo que es casi imposible perderse. Dentro de cada manzana, las casas se colocan a intervalos exactos, y cada casa sigue el mismo patrón de dimensiones.

Aunque, según la mayoría de las opiniones, es un lugar excepcionalmente aburrido para visitar, en Autómata se puede encontrar casi cualquier tipo de negocio, si uno sabe dónde buscar, y todas las posadas están siempre limpias.

Desde su portal planar, situado en el centro de la Ciudad-Portal, hasta una de las puertas del muro corto que da hacia la aguja donde se encuentra Sigil, discurre el Camino de los Modrones, la calle principal de la ciudad, que tiene la anchura de una manzana. Desde el portal y a lo largo de este camino, los modrones desfilan durante la infame Marcha Modron.