Kanka is built by just the two of us. Support our quest and enjoy an ad-free experience — for less than the cost of a fancy coffee. Subscribe now.

  1. Journals

Entrada 02

Diario de Mordru

Mis compañeros siguen confiando en mi como cronista, debe ser que no lo hago mal o que no les importa un pijo lo que escriba.

 

En fin,  El Ermitaño sugiere ir a por los babuinos. Dice que con sus cuerdas vocales, creará fantásticos arcos y que podemos comer sus sesos y también obtener pieles valiosas de ellos. No se, a mi arriesgarme a que me vapuleen unos monos no me apetece nada. Yo no lo pondría en mi crónica pero algún desgraciado igual lo cuenta y puta la gracia.

 

Por el camino  Valkar oye ruido de cascabeles al otro lado del risco. Simon el kobold canalla,  se oculta en los matorrales para ver de que se trata, vuelve y dice que esta sucediendo ¡una boda orca!. Dice que la novia orca es muy pálida y que son una media docena más la pareja. Joder, no sabia que los orcos también se casan, tienen suegras y esas cosas. Me los imaginaba más de tortazo, a retozar y a tener crías verdes lloronas. Pero de otra loma llegan aullidos: huargos. Nos escondemos como buenamente podemos y llegan los huargos cabalgados por orcos que pasan sin vernos. Saltan sobre la boda y matan a los contrayentes y los invitados, sólo queda vivo el viejo que oficia la ceremonia.

 

Se trata de cuatro orcos oscuros, del color de piel similar a la del novio, oscura tirando a negro. Uno de los recién llegados muestra más mala leche y es él que se carga el viejo cura, le corta la cabeza y la mete al saco y es cuando todos los orcos vivos se engorilan y se ponen a gritar como un coro de enanos borrachos.

 

El Ermitaño dice que han cogido nuestro olor, como si ellos no apestaran le digo y así nos preparamos para el combate . El líder de los engorilados nos apunta con la mano y lanza a los demás huargos a por nosotros. La batalla no fue mal, aunque Samuel sufre más de la cuenta con un orco. Valkar y yo ensartamos huargos como salchichas y Terito se dedica a repartir palazos. Combatimos y acabamos con ello pero el huargo más grande montado por el líder lanza un poderoso mordisco a Terito que la arroja tras unas piedras y le damos por muerto. El líder orco también me lanza una jabalina pero apenas un rasguño, je. Valkar usa su veneno en la lanza y se la clava al líder que ademas ve asustado como ¡Terito vuelve de los muertos!. O su Dios Azaro le quiere mucho y le concede esa gracia o es que su Dios le teme como para no tenerle cerca suyo. Sea como fuere, aquí estábamos la compañía de los cuatro (y asociados) repletos de moral . Samuel sobrevive a los golpes y cargamos contra el orco que queda vivo. El líder ve como esto le supera y monta en su huargo emprendiendo la huida, bah, el veneno hara su efecto y va quedar más tieso que los calzones de Valkar (si es que los lleva).

 

Nos dedicamos al noble arte de la interrogación con el orco superviviente. Nos cuenta que hay un campamento de unos 2000 orcos de avanzadilla y hay más campamentos al norte.

 

Teritoo amenaza al prisionero con atarle el alma a una piedra y es cuando se caga mucho y empieza a contar más y a mostrarse más colaborador.

 

Así, nos cuenta que el sacerdote separado de su cabeza se llamaba Uktrag y que les quiso traicionar con los orcos albinos de las nieves estableciendo una alianza. Y que Marzug El Negro el negro es el que ha huido pero yo creo que pasara a ser Marzug el morado y luego Marzug el muerto o el muerto a secas. Nos cuenta que hay otro orco jefe que va con capucha y se llama Lengua de Serpiente y  que querían sabotear  las relaciones entre los orcos blancos y los orcos negros.

 

Ponemos a Samuel y Simon a trabajar en  las pieles de huargo y  los recuerdos de goblin, mientras yo también tomo sangre y vísceras de huargo y goblin de diferentes colores con la esperanza de que todo esto sirva para crear pócimas, brebajes y ungüentos como me enseñó el alquimista. Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo... como escribir la crónica.

 

El orco nos dice su nombre, Hilgath y hablamos sobre métodos de disponer de los muertos. A los orcos les gusta la incineración ¡como a mí!, ya tenemos algo en común, pardiez. 

 

Hilgath nos hace un mapa de los campamentos con un palo y nos marca los campamentos que conoce: el  Poblado de los Orcos Albinos que está cerca  de allí y el suyo.

 

Valkar le llama a Hilgath partir de entonces Pico de Oro en honor a su colaboración y ayuda pero al orco se la pela. Enterramos también a los orcos albinos y asistentes de la boda ya que parece que todo esto de enterrar le gusta al Dios de Terito y oye, después de su renacer cualquiera le dice no.

 

Una vez hechos los oficios y con la satisfacción de un trabajo bien hecho, volvemos hacia Lanzarota y por el camino Samuel y Simon, mercenarios ellos, nos cuentan cuan a gusto están con nosotros y que quieren seguir acompañándonos de aventuras. ¡Ah ijoputas! Nos ha fastidiao, pues no me jode a mi tener que repartir tesoro y fama con ellos, así que a partir de ahora más flechazos y tajos van a recibir ellos por nosotros. Si quieren jornal, se lo han de ganar y si han de morir... pues que hayan servido para algo.  Como también se nos junte el orco vamos a ser el batallón en vez de la compañía.