Sesión 11: Etéreo
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Sesión 11: Etéreo

Sesión

Tregua

Tras los eventos con Saco de Clavos, el grupo se vio completamente dividido entre los que creían que el accionar de Danki había sido completamente inmoral y quienes afirmaban que era completamente necesario. Sin embargo, el grupo decide que no es el momento para discutir ya que el tiempo es oro y cada segundo que pasa la maldición se expande por lo que deciden ir al siguiente templo sin hablar demasiado. Tras un rato caminando se topan con lo que parece ser una antigua construcción de la nobleza completamente destrozada. Tras investigar dentro encuentran algunos cadáveres con algunas posesiones como libros y anillos en omuense, y algunas piezas de oro. Pero tras revisar por un tiempo creen que no se trata de uno de los templos y se disponen a seguir su camino.

Hermes y Kranos se encuentran con un complejo amurallado con la entrada cubierta de maleza y tras mirar entre las hojas pueden llegar a notar dentro la entrada a uno de los templos. Tras quitar parte de la maleza se encuentran con un gran patio al aire libre. Una pequeña habitación a su izquierda parece abierta. Dentro se encuentran miles de llaves esparcidas por toda la habitación. Ambos toman un par de llaves y comienzan a probarlas en la cerradura de la puerta de piedra que lleva al templo, pero ninguna parece funcionar. Mientras están probando las llaves, el resto llega al complejo. Elanord se dispone a forzar la cerradura pero tras unos segundos comienza a reírse y les indica que la puerta está abierta. Ratko se adelanta y con un poco de ayuda logra empujar la puerta lo suficiente como para poder entrar. 

Tercer templo


Kranos prende una antorcha para poder ver dentro del templo. Lo primero que llegan a ver es una estatua de 9 pies de alto de una especie de caracol que en lugar de antenas tiene cinco serpientes. Detrás de la estatua encuentran un pedestal tallado y en la base de este una cerradura. Mientras el resto comienza a estudiar las paredes, donde pueden ver seis pequeños nichos con una llave de hierro en zócalos de piedra, Danki comienza a inspeccionar la estatua cuando de pronto tres criaturas aparecen desde atrás de la misma, ghasts. Tras escuchar el sonido de los ghasts, Kranos se acerca a uno por detrás y lo ataca, pero apenas asesta el golpe un olor pútrido lo deja un poco mareado. Elanord se acerca y también siente el olor que lo deja descompensado por unos segundos. Petros y Ratko, deciden atacar a distancia para no correr peligro.

La batalla se desarrolla relativamente rápido aunque en el medio Danki es paralizado, pero una vez que los ghasts son derrotados, Kranos usa sus poderes para sacar a Danki del trance. El enano le agradece y se ofrece a ayudarlo con el envenamiento con una técnica que leyó en un libro por lo que le pide a Kranos que se acueste en el suelo. Aunque al principio duda, el clérigo se recuesta para que el enano lo ayude con su condición. Apenas Kranos se recuesta, Danki se baja los pantalones y comienza a orinar encima del clérigo que se levanta rápidamente preguntándole al enano si esta bien de la cabeza. Danki le pide disculpas e indica que estaba seguro que el libro era confiable.

El grupo toma las llaves y las prueba una por una en la cerradura pero ninguna parece funcionar. Petros nota que las llaves tienen solo un diente cada una y que si las unen forman una llave particular, pero no pueden colocarlas todas juntas. Elanord les pide que le den las llaves y se dirige a la habitación de afuera. Tras varios minutos comparando llaves cree haber encontrado la correcta y se dirige a intentar abrir el pedestal. Efectivamente, este se abre revelando otro token que el grupo toma. Con tres tokens en su poder y seis por conseguir, deciden descansar dentro del mismo templo ya que afuera ya anocheció. 

Interrupción


Mientras Petros y Elanord están realizando la guardia comienza a escuchar ruidos provenientes de afuera. Elanord rápidamente se esconde detrás de la puerta y Petros llega a despertar a Ratko de una patada antes de que 4 yuan-tis  entren al templo. La que parece ser la líder habla con Petros y le pregunta por el token. El guerrero le indica que no lo tienen, pero la yuan-ti no le cree y le indica que dejen todo lo que tienen y se vayan ya que este es su territorio. En ese momento Elanord se acerca y toma por detrás a uno de los yuan-tis colocándole una daga en el cuello. El semielfo amenaza con matarla si no se van del templo, pero la líder se ríe y le dice a Elanord que la mate, un segundo después la yuan-ti cae al suelo con el cuello abierto de par en par.

El resto despierta tras todo el revuelo y comienzan a batallar contra las criaturas serpentoides. Tras matar a uno y que Ratko deje inconsciente a la líder, el último que quedaba en pie comienza a huir pero es derribado a flechazos antes de alcanzar la puerta. Luego de maniatar a la prisionera se disponen a interrogarla, pero la yuan-ti no está dispuesta a decir nada. Hermes y Ratko intentan intimidarla pero muy lejos de sacarle algo, la yuan-ti solo rie y los escupe, hasta que en un momento pregunta cuanto tiempo ha pasado, algo que desconcierta al resto. Kranos les indica que no van a sacarle nada de información así que deberían irse, Elanord acaba con la prisionera cortandole el cuello y el grupo decide alejarse. Al salir ven a lo lejos una patrulla de yuan-tis aproximándose por lo que se alejan por el lado contrario donde se encuentran con unas ruinas donde poder descansar y seguir su camino.


Cuarto templo


Con las primeras luces de la mañana, el grupo decide seguir su camino hacia el proximo templo. Luego de caminar por unas horas se topan con una entrada custodiada por dos osos de piedra. Petros se acerca a la puerta y nota una brisa de aire proveniente de adentro, la puerta se encontraba levemente abierta por lo que puede que alguien este adentro. Deciden entrar con cuidado por si se topan con alguna criatura hostil. Un pasillo largo se encuentra ante ellos con antorchas apagadas en las paredes. Kranos se acerca y prende una de las antorchas que comienza a emanar un fuego azul, y lo mismo hace la antorcha que enciende enfrente de esta. Mientras el clérigo comienza a encender las antorchas, Danki se cansa y se dirige corriendo a la puerta del fondo. Allí se encuentra con una fuente circular. En el techo se puede ver el grabado de un sol pintado, pero al ver el reflejo en la fuente se puede ver reflejada una luna.

Hermes mete la mano en el agua y la mueve, al notar que nada parece ocurrir decide tirarse y sumergiendo el cuerpo entero. El resto espera para ver que encuentra el elfo, pero tras un minuto entero Hermes no aparece. Petros cree que puede estar ahogandose y se lanza a la fuente, tras uno o dos minutos tampoco hay señales del guerrero. Creyendo que quizas la fuente sea una especie de portal deciden ir a buscar las antorchas. Ratko sumerge una y nota que el fuego azul no se apaga dentro del agua. Despues de arrojar todas las antorchas a la fuente, Danki, Ratko y Kranos se arrojan al agua.

La otra habitación


Al salir de la fuente se encuentran en la misma habitación anterior, o eso creen hasta que notan el techo: en lugar de la pintura de un sol, se encuentra una luna llena resplandeciente y en el reflejo de la fuente se puede apreciar el sol que estaba pintado en la habitación anterior. Al salir, se encuentran con una habitación donde pueden ver un pequeño altar vacío y delante una estatua de un mago que sostiene el token en su mano. Danki, que es un experto en esculturas de piedra, decide acercarse para analizar la estatua pero apenas la inspecciona se queda completamente shockeado y comienza a alejarse asustado. Cuando le preguntan que esta pasando, les dice que la estatua le recuerda a su padre. 

Todos creen que no seria buena idea tocar el token por lo que Elanord decide utilizar su mano de mago pero esta atraviesa el token. Petros cree que una vez que el token no este sobre la estatua no habrá peligro en tocarlo, por lo que seria prudente tirarlo de un flechazo y luego tomar el token. Hermes teme que el token se rompa al caer al suelo por lo que decide colocarse a un costado para atajarlo en cuanto Petros lo golpee. Colocándose a ambos lados de la estatua, Petros prepara una flecha y la arroja contra el token que sale volando de la estatua y aterriza en las manos de Hermes, que comienza a sentir su cuerpo cada vez mas pesado.


Etéreo


El cubo cae de las manos de Hermes. Ratko intenta levantarlo con un pedazo de tela pero tras unos segundos con el token en las manos comienza a sentirse cada vez mas pesado por lo que lo suelta inmediatamente y comienza a recuperarse. Pero Hermes en cambio, a pesar de haber soltado el token, sigue sintiéndose cada vez más pesado y ningún conjuro de Kranos parece revertir el efecto. El clérigo decide que el único que puede ayudarlos es Elsenid por lo que él, Danki y Petros deciden llevarlo lo más rápido posible. Al llegar a la casa del mago este comienza a inspeccionar rápidamente sus libros de hechicería. Tras unos segundos de lectura rápida, Elsenid cierra el libro y suspira. 

Les indica que no hay manera de revertir la maldición, pero que puede hacer algo para que Hermes tenga una posibilidad de ser salvado: enviar al elfo al plano etéreo hasta encontrar una cura en el plano material. Con un conjuro le permite al elfo comunicarse telepaticamente para que tome una decisión. Hermes acepta ser enviado al plano etéreo y se despide del grupo. Tras despedirse de Kranos y Petros, le pide a Danki que le de un poco de pure antes de partir, lo que el enano hace con lagrimas en los ojos. Como último favor, les pide a todos que ayuden a su hermano y finalmente comienza a desaparecer hasta hacerse uno con el viento.

El token


Tras la emotiva despedida de Hermes, Elsenid les indica que siempre hay una manera de conseguir los tokens. El grupo vuelve al templo donde encuentran a Ratko y Elanord sentados hablando y descansando. Allí les comentan que no pudieron salvar al elfo y que ahora está esperando en el plano etéreo. Kranos examina la estatua y se encuentra con un par de gemas, un libro de conjuros y una vara con unos botones. Elanord pide la vara y se la guarda. Al ver al habitación notan que hay antorchas apagadas y deciden encenderlas con el fuego arcano pero estás se prenden de manera normal. Entonces deciden cambiar las antorchas pero no notan ningún cambio. 

Rendidos, le piden a Elanord que utilice la vara, pero el semielfo en principio indica que no va a servir de nada. Kranos comienza a discutir con el semielfo diciendole que la vara podría ser la clave para sacar el token del templo, pero este tras una demostración le enseña que la vara no sirve para trasportar sino para sostenerse, el botón deja a la vara inamovible en el lugar donde se encuentre hasta que sea pulsado de nuevo. Elanord les indica que la maldición seguramente se desactivo cuando cambiaron las antorchas pero nadie se anima a tocar el token. Kranos aparta al resto y toma el token en sus manos, tras unos segundos esperando, no siente ningún tipo de cambio y comienza a alejarse saliendo del templo.