En marcha
Luego de pagarle sus correspondientes piezas de oro a Davon y Turin, el grupo se dirige hacia el bosque para cumplir con su tarea. Según lo que pudieron averiguar tendrían aproximadamente un día de viaje para poder llegar al lugar de las desapariciones. Ara le indicó al bárbaro que vaya adelante y al guerrero que vaya unos pies detrás, cuidando la retaguardia. La mayor parte del viaje predominó el silencio. Ara hablaba con Wraxan sobre lo que podrían llegar a encontrarse, Turin iba perdido en sus pensamientos y Davon iba demasiado alerta como para entablar una oración de mas de tres palabras. Las primeras horas pasaron sin mucho revuelo, pero de pronto el silencio se rompió. "Quietos" dijo Davon mientras inspeccionaba los alrededores. Ara estaba a punto de decirle al guerrero que seguramente fue su imaginación cuando de pronto sintió silbar al viento y vió como Davon se escudaba en el momento exacto en el que una flecha intentaba atravesarle la armadura. Antes de que el grupo pudiera reaccionar, tres humanos corpulentos los rodearon. La hechicera notó que ninguno de ellos tenia arco. "Kurama" fue todo lo que tuvo que decir para que el lobo se internara entre los arboles en la dirección en la que había provenido la flecha.
Emboscada
Sin mediar palabra los humanos empiezan a atacar. Wraxan se abalanza sobre uno, Turin sobre otro y Davon se empeña en proteger a Ara que aprovecha la cobertura del guerrero para lanzar un rayo de escarcha contra el enemigo restante. Tras unos segundos de choques de armas y golpes, Turin acaba con su contrincante de un hachazo en el cuello. El guerrero tiene problemas para batallar con su rival pero Ara desenfunda su espada y aprovecha la distracción del humano para rematar al asaltante. El humano restante que estaba batallando contra el dracónico, ve la situación y esquivando un golpe comienza a correr para salvar su vida. Turin y Ara logran tumbarlo golpeándolo en las piernas, pero antes de que la elfa lo rematara, Davon la detiene y agarra al atacante del cuello: "Nadie es tan idiota como para intentar robar a un grupo que los supera en número". El humano sonrió "Pagaron mucho solo por intentarlo" farfulló mientras metía la mano en sus ropajes. Ara apuntó su espada contra el humano "¿Quien?" pero este solo se rió y sacó una daga que utilizó para cortarse el cuello. Ara tomó la daga y emitió un silbido. Unos segundos después, Kurama emergía de entre los arboles y en su boca llevaba un brazo humano aferrado a un arco que dejó en el suelo delante de la elfa. Ara le acarició la cabeza y le indico al grupo que debían avanzar. Davon increpó a Ara sobre lo que acababa de ocurrir: "La información sobre el amuleto corre muy rápido, no hay tiempo que perder" le respondió la hechicera, pero ella sabía que eso no era cierto.
El resto del viaje siguió sin ningún sobresalto. Ya estaba atardeciendo cuando llegaron al punto donde debían adentrarse en el bosque. "Quizás deberíamos haber traído un par de caballos" farfulló Turin que ya estaba un poco fastidiado por el viaje. Wraxan se adelanta, "Ya en este punto, no nos servirían" le respondió en voz alta sin darse vuelta mientras se adentraba entre los arboles. El resto siguió al dracónico. Horas de caminata mas tarde ya el cielo se tornó completamente negro. La visión nocturna de la elfa y el olfato de Kurama facilitaban la tarea de exploración por lo que ambos iban adelante y el resto seguía sus pasos. Ara sintió una mano en su hombro "Creo que este sería un buen lugar para tomar un descanso" le sugirió Davon. La hechicera se negó en principió a descansar, pero Wraxan insistió en que seria una buena idea para recuperarse de la batalla. La elfa terminó cediendo y prepararon sus cosas para acampar.
La tormenta
Ara se despierta de su trance al sentir una brisa. Brisa que comienza a intensificarse de a poco. Todos se levantan. De repente empieza a llover, una lluvia bastante fuerte. Ara reconoce que no es una lluvia normal por su sangre mágica. De pronto un rayo potente cae en las cercanías. Wraxan sugiere que tomen sus cosas y encuentren refugio. Ara intenta levantar sus cosas pero de en ese instante un rayo cae cerca haciendo que caiga. Kurama ve la situación y toma las cosas de Ara en su mandíbula. Davon toma sus cosas sin problemas. Wraxan y Turin sufren el mismo problema de Ara cuando intentan agarrar sus armas. Ara ve la situación y ya que Kurama tiene su equipaje, toma el de Wraxan. Davon ayuda a Turin a levantarse y tomar su equipamiento. Ya con sus armas y equipamiento recogido comienzan a correr para refugiarse de la tormenta eléctrica. Ara presiente que la tormenta no es natural y que algo la generó apropósito. Tras unos minutos de correr, Ara divisa a unos metros de distancia un lugar donde poder refugiarse, un arco de piedra. Comienza a correr con mas fuerza cuando de pronto trastabilla pero Wraxan la levanta antes de que caiga de bruces.
Segundos después, el grupo se encuentra bajo la cueva, resguardados de la tormenta. Lo que les llama la atención es que dentro de la misma se encuentra una puerta. Ara decide acampar dentro de la cueva. Poco tiempo después de entrar en trance, Ara es despertada por Wraxan que le indica que escuchan ruidos detrás de la puerta. La elfa despierta a todos y les comenta la situación. Turin a la cabeza, toma su hacha y patea la puerta que se abre de par en par. Cuando la puerta golpea contra el lado de adentro, las luces azuladas que se encontraban en la pared toman forma de esqueletos que salen de las paredes. Tres esqueletos que emanan luz del pecho y la cuenca donde se encontrarían sus ojos rodean al grupo.
Huesos
Davon toma la iniciativa y ataca a uno de los esqueletos que al recibir el espadazo del guerrero se desarma por completo. Las luces que provenían de las huecos se apagan mientras los huesos caen desarmados al suelo. Turin es el siguiente que en un movimiento rápido saca su hacha y destruye a otro esqueleto. La última en atacar es Ara, que al igual que sus compañeros con un espadazo limpio desarma al ultimo esqueleto. Liberados de la amenaza pero un poco desconcertados por lo que acababa de pasar, deciden adentrarse mas en la cueva. Desde el punto donde se encuentran el camino se bifurca en dos, un camino que va hacia su izquierda y otro que lleva hacia la derecha. Ambos caminos parecen tener curvas al final. El grupo decide adentrarse hacia la derecha y continuar. Luego de hacer una pequeña curva de unos pocos metros se topan con una barrera. Seis esqueletos, uno al lado del otro, hombros pegados y parados como soldados se paran delante de ellos. Al parecer no tienen intenciones de moverse. Ara comanda a Kurama para que ataque a uno de los esqueletos, pero aunque el lobo ataca con toda su fiereza los esqueletos no se inmutan. Wraxan se acerca y les echa un vistazo, al inspeccionarlos mas detenidamente se da cuenta que están hechizados con un conjuro de "true undead" por lo que nada de lo que hagan podrá moverlos y deciden tomar el otro camino.
Pasan nuevamente por la entrada de la puerta y siguen de largo. Unos metros mas adelante de la curva se encuentran con una puerta del lado izquierdo pero el grupo decide pasar de ella. Unos metros mas adelante se topan con otra puerta del lado izquierda. Esta vez deciden entrar. Se encuentran con una habitación espeluznante. Rendijas en el piso, sangre seca en el suelo, herramientas de tortura y partes de cuerpo. Para darle el toque final, una pequeña pila de cadáveres se encuentra en una esquina de la habitación. Ara nota que la cuenca de los ojos de los cadáveres y los alrededores de estas se encuentran completamente negras. Tras investigar la habitación y no encontrar algo más deciden continuar.
Metros mas adelante se encuentran con una pared y lo que parece ser el final de la cueva, aunque a la izquierda se encuentran con una nueva puerta. Wraxan se dispone a abrirla pero antes de que llegue a tomar el pomo, las paredes comenzaron a hacer ruidos y cinco esqueletos emergen de la piedra preparados para atacar. Turin es el primero en atacar a uno de los esqueletos que al recibir un hachazo comienza a desarmarse, pero a ultimo momento logra recomponerse aunque con un par de huesos menos. Kurama hace lo propio con uno de los esqueletos que queda desarmado en el suelo. Ara y Davon destruyen a tres esqueletos. Y Turin con un segundo golpe desarma al esqueleto que quedaba.
El nigromante
Mientras el grupo enfunda sus armas, Ara les pide que no abran la puerta ya que cree que la están protegiendo por algún motivo. Deciden volver a la puerta que habían pasado de largo. Turin es el encargado de abrir la puerta, pero tras haber aprendido de los errores, en lugar de patearla la abre con cuidado. El grupo se encuentra con lo que parece ser una habitación/estudio. Ara comienza a inspeccionar varios libros y cuadernos que le dan información valiosa: el estudio pertenece a un nigromante llamado Zheilver, que esta vinculado con una criatura denominada Saboteador. Este vinculo le permite extraer las almas de las criaturas a las que el nigromante les quita la vida además de conjurar una tormenta que puede matar y atraer a criaturas en un área sellada mágicamente. Ara también encuentra el diario de Zheilver que revela el entrenamiento del mago para capturar y utilizar las almas que toma. Esta claro que ha perfeccionado su habilidad y está preparado para crear un ejercito de no-muertos. La cueva fue creada con ese propósito y debajo de la misma se encuentra una zona que denomina "El Cúmulo de Almas" donde puede amplificar sus poderes. Además de todo esto, encuentra un pergamino de "repeler esbirro" sobre una de las mesas.
Saeta de fuego
Ara decide guardar todos los archivos en su mochila y volver a la habitación del final de la cueva. Una vez se encuentra ante la puerta, le pide a Kurama que olfatee en busca de algo del otro lado, pero el lobo parece no olfatear a nadie del otro lado de la puerta. Wraxan le señala a Ara la abertura de abajo donde se puede ver un resplandor azul que ilumina el piso. La hechicera decide abrir la puerta lentamente y se topa con una habitación repleta de frascos y contenedores que emanan un luz azul. Ara les pide a todos que salgan de la habitación y procede a conjurar una saeta de fuego intentando destruir todos los depósitos, pero la falta de energía y concentración hace que la saeta sea pequeña y no llegue a hacer el daño que la hechicera intentaba realizar, solo rompiendo 5 de los contenedores de la habitación. Inmediatamente, las luces de esos contenedores se dispara hacia las paredes y cinco esqueletos emanan de las mismas.
A pesar de estar en desventaja numérica, con la ayuda de Kurama, Ara acaba con los cinco esqueletos en cuestión de segundos y se dispone a lanzar nuevamente una saeta de fuego. Wraxan se acerca y la detiene, indicándole que los esqueletos aparecieron al romper los jarrones y que es probable que si rompe algún otro aparezcan mas. La elfa atribuye la aparición de los esqueletos a que su conjuro no fue bien lanzado, y asegura que si destruye la habitación acabará con la fuente de poder del nigromante. Aunque Wraxan no está del todo seguro decide confiar en la elfa y se aleja. Ara concentra toda su energía nuevamente y está vez lanza una saeta de fuego que impacta en el fondo de la habitación y genera una explosión lo suficientemente fuerte para destruir todo. Una humareda de polvo llena la habitación, pero a través de la misma se pueden ver cientos de luces revoloteando y al instante ruidos huecos comienzan a escucharse en toda la habitación. A medida que el polvo se va disipando comienzan a ver huesos por todos lados y aumentando en cantidad a una velocidad endemoniada. Al ver la escena, Ara le indica al resto que corran.
Escape
Las paredes de los pasillos comienzan a llenarse de luces y esqueletos que emanan de ellas haciendo el escape del grupo una tarea difícil. Ara comienza a correr empujando esqueletos mientras el resto la sigue detrás, Kurama, Wraxan, Davon y Turin en ese orden. El dracónico se mueve mas lento pero su porte lo ayuda a liberarse mas fácilmente. Davon con su espada a pesar de tener complicaciones logra mantener el ritmo. Turin no tiene la misma suerte y al estar atrás de todo es agarrado por varios esqueletos que lo ralentizan bastante. La elfa siente como algo la toma del pie impidiéndole avanzar pero antes de que pueda hacer nada Kurama destroza al esqueleto en pedazos dejándola libre. Ara echa un rápido vistazo atrás y llega a ver como Wraxan y Davon continúan corriendo detrás de ella, pero no logra ver al bárbaro.
Esquivando y empujando Ara logra llegar hasta la salida de la cueva donde se encuentra con una pequeña horda de esqueletos. Espada en mano y con ayuda de Kurama, la elfa logra abrirse paso y salir de la cueva recibiendo algunos golpes y manotazos en el proceso. Wraxan se abre paso con golpes y patadas, y finalmente Davon completamente desatado logra salir llevándose varios esqueletos por el camino y cerrando la puerta detrás de ellos. Los cuatro logran salir al exterior y toman un poco de aire pero inmediatamente sienten el ruido de la puerta cayendo contra el piso para abrir paso a una cantidad incontable de esqueletos. Ara llega a ver como Davon saca una pequeña cuenca de color rojo de sus ropajes y sin meditarlo la arroja hacia la entrada de la cueva. Al hacer contacto con el piso, la cuenca genera una explosión que ocasiona un derrumbe sellando la cueva completamente y dejando fuera a unos cuatro esqueletos que el grupo despacha sin problemas. Exhaustos, deciden tomarse un breve descanso antes de volver a la ciudad.
Intercambio
Al volver a Eldersefell, se encuentran con la taberna completamente rebosada de gente. Ara se acerca hacia el cantinero y le indica que el nigromante no causara mas problemas por lo que exige que le pague su recompensa. Durnan le pide pruebas de que el trabajo está hecho y Ara le comenta que la cueva está sellada completamente. El cantinero le indica que enviara a un empleado a que verifique la información y que hasta que este no vuelva no podrá entregarle la recompensa. La elfa le informa que mientras espera su paga puede ofrecerle algo mas fuera del trato y saca de su mochila el libro de Zheilver, indicándole que tiene toda la información sobre el plan del nigromante y su fuente de poder. Durnan no cree que eso sea posible y pide examinarlo y aunque Ara se niega al principio, deja que el cantinero eche un vistazo. La elfa le pide 1000 piezas de oro extras por el libro. Durnan le dice que es demasiado y la hechicera lo toma diciendo que quizás encuentre a alguien que esté dispuesto a pagarlo. El cantinero la detiene y finalmente sede a entregar esa cantidad, pero le asegura que si se entera que es un engaño recuperara su dinero. Alegre por lo que puede llegar a obtener con la información de ese libro, Durnan invita una ronda de cerveza para todo el grupo y las habitaciones para que se hospeden esa noche, ademas de darle las 1000 piezas de oro.
Ara se cerca hacia Davon que estaba ya un poco entonado hablando con dos mujeres y le entrega las 15 piezas de oro que le había prometido y le agradece sus servicios. El guerrero le hace una reverencia, le indica que en caso de necesitarlo sabe donde encontrarlo y se retira junto a las dos mujeres a seguir bebiendo en otro rincón. Ara y Wraxan se sientan en una mesa junto a Kurama. El dracónico no está muy contento por como resultó la misión, pero Ara le dice que se tranquilice que el nigromante no causara mas problemas y con el botín de la recompensa tendrán una base para comenzar a cumplir sus objetivos. Luego de cenar, cada uno se despide y se dirige a su habitación.
Recompensa
Al día siguiente por la mañana. Ara se dirige directamente a la barra. Durnan la espera con una sonrisa de oreja a oreja. "El muchacho llegó hace unos minutos. Me dijó que la cueva estaba completamente sellada, y ademas vio un par de huesos de esqueleto desperdigados por la zona, así que creo que eso corrobora tu historia" dice el cantinero mientras saca un pequeño cofre. "Supongo que tienen esto bien merecido" comenta mientras le entrega el cofre a Ara. La elfa intenta tomarlo pero le resulta muy pesado por lo que mira a Wraxan que se acerca y lo guarda. "¿Cual es nuestro siguiente encargo entonces?" pregunta Ara completamente entusiasmada. "Oh no, gracias a su intervención yo también obtuve mi buena tajada de oro, ya saben como son los negocios. De hecho ya tenia en venta esta posada y con su ayuda ahora puedo dejar esta pocilga y poner una gran taberna en Waterdeep como siempre aspire" relata el cantinero. Sin embargo les indica que si quieren conseguir algún trabajo pueden ir hacia la ciudad de Ghotlester que seguro encontraran algo allí. Ara y Wraxan se despiden de Durnan que les indica que si alguna vez van a Waterdeep no duden en buscarlo.
Ara y Wraxan se dirigen caminando hacia la entrada de la ciudad. Ara le pregunta a Wraxan que tiene planeado hacer y el dracónico le indica que le gustaría encontrar un lugar donde asentarse y comenzar a descansar tranquilamente. Ara se ríe y le indica que suena bastante aburrido y le indica que entonces es el momento de desviar sus caminos y le extiende la mano. Wraxan la observa por un segundo y le responde "Creo que eso deberíamos guardarlo para después, creo que Ghotlester seria un buen lugar donde asentarme". Ara sonríe y realiza un chiflido e inmediatamente Kurama aparece moviendo su cola de lado a lado. "Bien, entonces andando, tenemos un largo camino que recorrer" le dice a ambos que comienzan a caminar detrás de ella en dirección al este, mientras el sol comienza a elevarse en el horizonte.