Sesión 09: Nangalore
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Sesión 09: Nangalore

Sesión

Sin rastro

Cinco días de viaje despues y con Danki habiendo tomado un camino separado, el grupo llega a un jardín enorme y hermoso. Dos estatuas de elefantes custodian la entrada que esta separada por un río que tiene un ancho de unos 30 pies de distancia. Petros ata una soga a una de sus flechas y la clava contra un árbol par poder cruzar el río. Todos logran pasar sin problemas pero cuando le llega el turno a Camus, nota que tiene a Fred'rick agarrandose de su pierna.
 
El elfo cree que con el grung tomándole la pierna le sera imposible cruzar, por lo que lo toma en sus brazos y opta por arrojarlo hacia el otro extremo para que alguno de sus compañeros lo atrape. Parece una tarea fácil, pero cuando Camus arroja a Fred'rick la resistencia que opone el grung hace que el impulso se pierda y este caiga al río perdiéndose de vista. Camus polimorfa branquias en su cuello y se lanza al río para rescatar a Fred'rick, pero unos cocodrilos aparecen sorpresivamente y comienzan a atacarlo. Hermes se arroja para ayudar a su hermano y logra sacarlo antes de que los animales lo hieran. El grupo intenta buscar a Fred'rick por un rato sin éxito y deciden continuar adelante con la esperanza de que el pequeño se encuentre bien.

Las estatuas

Petros comienza a explorar el jardín y se encuentra con un escarabajo de fuego que llega a picarlo. Victorius lo analiza y le indica que es un escarabajo yahcha y que son inofensivos, de hecho sirven como antídoto para la conocida fiebre de mono. Hermes se encuentra con una inscripción en las estatuas de los rostros y al analizar los cuatro se encuentran que todos contienen las siguientes inscripciones:
 
"Este jardín conmemora a Zalkore, la joya de oro y la reina de Chult"
"La adoran sus súbditos y Thiru-taya que la amó traicionó"
"En este décimo año de su reinado se desea que gobierne con esplendor"
"Y que los mismos dioses se maravillen con el reflejo de su belleza"

Encuentro

Hermes y Camus siguen investigando el jardín por su cuenta dirigiéndose a lo que parecer ser una fuente rodeada por un murallón en el centro del jardín. Se encontraban admirando la estructura y la estatua enorme que se encontraba allí cuando comienzan a escuchar ruidos provenientes de atrás del bloque de piedra. Hermes se acerca a ver que es lo que ocasiona el ruido cuando un semielfo que estaba escondido se abalanza sobre el. El guerrero intenta atacarlo, pero el semielfo en un ágil movimiento esquiva el golpe, salta y con ayuda del impulso que toma sobre la estatua se posiciona detrás de Hermes tomándolo del cuello y dejándolo inmóvil.
 
El semielfo comienza a regodearse cuando siente que algo se apoya en su espalda. Camus, con el bastón apuntando a la espalda del semielfo le pide que suelte a su hermano porque no quieren problemas. El semielfo suelta a Hermes indicando que este lo intento atacar primero y antes de que la cosa pase a mayores se presenta como Elanord y les comenta que está buscando unos hongos para su tio que se encuentra enfermo y le dijeron que podría encontrarlos en la ciudad de Omu. Los elfos le indican que ellos están buscando la ciudad para acabar con una maldición y llaman al resto para presentarse.

La fuente

Luego de una pequeña presentación entre Elanord y el grupo, deciden continuar con la investigación del jardín. Ratko se ofrece para meterse dentro de la fuente creyendo que quizás hay algo en el fondo del agua. Camus se ofrece en lugar del guerrero ya que puede respirar abajo del agua, pero Ratko insiste en acompañarlo. Una vez que el elfo se coloca branquias, ambos se sumergen. Al poco tiempo de bajar, Ratko siente que algo le muerde el tobillo. Camus se da vuelta y ve como una serpiente lo esta mordiendo, y va directo a atacarla. Camus es mordido por la serpiente pero no pasa mas que un simple rasguño.
 
Luego de pelear por un tiempo y que Camus sea mordido y envenenado, Ratko decide subir a la superficie ya que está completamente a ciegas. Camus sigue bajando y encuentra huesos y una empuñadura de un hacha, la investiga y en el mango esta escrita la palabra Grodish. Al llegar a la superficie le comenta a sus compañeros lo que vio y le pide a Victorius que revise su herida porque cree estar envenenado. El harper pone sus manos sobre la herida y Camus deja de sentir los efectos del envenenamiento. Antes de que el hechizo termine Camus investiga todos los alrededores inundados pero no encuentra nada.

La reina

Ratko y Elanord se dirigen a lo que parece ser una habitación en la zona noreste del jardín. Dentro de la misma se encuentra lo que parece ser una estatua de una mujer vestida con túnicas y cubierta con un velo. A su lado se encuentra una bandeja con una orquídea negra. Ambos están admirando la habitación cuando de pronto lo que parecía ser una estatua se gira y comienza a hablar "Amado, han llegados forasteros a Nangalore". Ratko comienza a interrogarla pero la mujer parece solo decir desvarios y cosas sin sentido. En un momento de la conversación les indica que ella es Zalkore, la reina de Omu.
 
El guerrero le pregunta por Thiru-Taya, lo que provoca que Zalkore lo llame y en ese instante un espectro se presenta en la habitación preguntando el motivo por el que irrumpen en su hogar. Cuando Ratko consulta sobre la ciudad de Omu, el espectro hace aparecer una lanza en su mano y le asesta un golpe que lo hace volar hasta el final de la habitación. A continuación coloca la lanza junto a uno de los oidos de Elanord y le exige que le diga que estan buscando y cuando el semielfo le pregunta por la vasija de almas sufre el mismo golpe que Ratko. Elanord se levanta adolorido, le pide disculpas y se apresura a retirarse levantando a Ratko del suelo.

La orquídea

Al contarle todo a Camus, este decide ir a hablar con Zalkore y después de hacerle algunas preguntas deduce que esta imaginando cosas, esta le dice que los Yuan-Ti tomaron Omu y que ella se esta refugiando en Nangalore hasta que Thiru-taya recupere la ciudad. Camus le informa sobre la frase tachada y la reina saca su velo revelando que es una medusa. Todos logran desviar la mirada a tiempo, y Camus le pide que la siga sin mirarla a los ojos. Pero cuando llega a la frase la medusa no ve nada y comienza a cuestionarle al elfo de que está hablando. Camus comienza a distraer a la medusa sin hacer contacto visual para hacer tiempo a que el resto pueda idear una estrategia de ataque.
 
Mientras Camus entretiene a la medusa y el resto se encuentra en la habitación, Ratko aprovecha la distracción para tomar la orquídea negra de la bandeja. En ese preciso instante, el rostro de la medusa se transforma y una expresión de furia la invade. Sin tiempo a que el elfo reaccione lo toma del cuello levantándolo a centímetros del suelo, "¿QUIENES SON USTEDES?" grita la medusa. Thiru-Taya persigue a Ratko que cae al suelo. El guerrero toma la orquídea en sus manos y amenaza con destruirla, pero el espectro lo reta a que lo haga. Cuando Ratko rompe la orquídea una explosión negra hace temblar el jardín y un humo negro que emana de la flor ingresa a su cuerpo dejándolo inconsciente.

La medusa

Zalkore le clava su mano de piedra a Camus en el estomago y lo tira al suelo dejándolo malherido. Hermes se abalanza intentando defender a su hermano y Elanord hace lo propio arrojandole piedras a la medusa, pero esta los despacha de manera sencila con un par de golpes. Victorius se centra en levantar a Ratko y sacarlo de la zona de peligro mientras Petros ataca a distancia con su arco. Una vez que Ratko está fuera de peligro, Victorius se une a Petros en el intento por acabar con la medusa que se encuentra cerca del resto de sus compañeros incapacitados.
 
Luego de atacar ferozmente a Zalkore, la medusa sucumbe ante los constantes ataques y termina destruyéndose liberando al jardín que tras un temblor queda en completa paz. Victorius ayuda a levantar a Elanord, mientras Petros hace lo propio con Hermes.. Todos van a asistir a Camus que resultó mortalmente herido por el ataque de Zalkore. Hermes le pide a Victorius que haga algo para curarlo, pero el harper lo mira y mueve levemente su cabeza a ambos lados, ya es demasiado tarde. Camus le dice a su hermano que se quede tranquilo y les pide a todos que le prometan que acabaran con la maldición, tras decir esto sus ojos se cierran por ultima vez. 
 
El grupo decide enterrar el cuerpo en Nangalore que ya se encuentra liberada de todo mal. Al día siguiente Hermes discute enojado por la muerte de su hermano. Victorius se enoja con Ratko por su ineptitud llegando incluso a apuntarle con su arco. Luego de una larga discusión entre Hermes, Ratko y Petros sobre liderazgo y las acciones y decisiones del grupo. Hermes se comunica con Valindra y le pide que cuide el cuerpo físico de su hermano, a lo que la elfa le promete que cumplirá. 

El clérigo

Tras dos días de viaje hacia el lugar que les había indicado Zalkore, llegan a los Picos de Fuego. En ese instante una horda de kobolds se acerca a los aventureros y comienzan a batallar. En el fulgor de la batalla pueden divisar en el fondo una especie de comandantes kobolds que están realizando un ritual. Tras unos segundos de pelea, una figura cae de la montaña blandiendo un martillo de guerra y grita "Que no realicen el ritual" y se une a la batalla. Tras acabar con los kobolds el extraño se presenta como Kranos, clerigo de Helm. 
 
Kranos les pregunta que hacen en un lugar tan peligroso como Chult y el grupo le indica que están buscando la ciudad de Omu. El clérigo se ve interesado en esta respuesta e intenta indagar, pero Hermes no quiere darle mucha más información. Finalmente Kranos termina indicando que el vive en Omu hace unos años y que si quieren que no los llevara a menos que sepa cuales son sus intenciones. Aunque el grupo en principio desconfía del clérigo, le terminan contando todo y este les indica que los llevara a la ciudad ya que allí hay alguien que podrá ayudarlos porque comparten los mismos objetivos.

La ciudad perdida

El grupo decide seguirle la corriente y esperar que el clérigo este diciendo la verdad. Comienzan a dudar cuando después de unos dos días y medio de viaje pareciera que no están llegando a ningún lado, pero Kranos se limita a avanzar sin dudar en ningún segundo que camino seguir. Llegando al quinto de día de viaje y cuando estaban a punto de darse por vencidos, el clérigo se detiene delante de una muralla de maleza, mira hacia atras y les dice "Señores...", y antes de terminar la frase toma un costado de la maleza con sus manos y lo corre dejando a la vista una ciudad enorme, llena de edificaciones, estructuras, vegetación, residencias, cascadas, elevaciones y un paisaje hermoso. Una ciudad que aunque se nota descuidada se puede ver a simple vista que supo ser una maravilla sin igual. Kranos sonrie y mira al grupo que se encuentra anonadado. "... bienvenidos a Omu".