El Dragón de la Sombras es imprevisible, extremadamente sutil y manipulador. Posee una curiosa necesidad de atribuirse el mérito de sus acciones. De vez en cuando aparece y se regodeaba una vez que sus planes han avanzado demasiado como para ser deshechos. Se trata de un intento de mantener un sentido de identidad para seguir siendo único y memorable, de modo que no se convierta en la ambigua fuerza de destrucción cósmica que era la Oscuridad Mentirosa.