Este templo premonitorio se construyó en el siglo IX, después de que la mayor parte de la familia Moto cayera en las Tierras Sombrías. Se alza en la orilla occidental del Lago de los Pétalos de Crisantemo, y desde la distancia parece más una fortaleza que un templo, con sus gruesos muros de piedra pintados de un blanco crudo. Su interior es igualmente blanco y sin adornos, decorado únicamente con las máscaras blancas de los Moto, vestigios de la época anterior a que la familia fuera casi arruinada por el liderazgo de Moto Tsume. Aunque los Moto Oscuros caídos fueron destruidos en su mayor parte en el siglo XII, el templo se conservó como recordatorio eterno de la vergüenza y la tragedia que asolaron antaño a la familia.
Sólo a los miembros de la familia Moto se les permite unirse a la orden monástica de este templo, y una de sus principales tareas es recordar los nombres de todos los Moto que han caído en las Tierras Sombrías. A estos monjes sólo se les permite abandonar los terrenos del templo durante el Festival del Crisantemo, uniéndose a esas festividades antes de regresar a sus deberes ascéticos. La mayoría de los daimyo de los Moto realizan una peregrinación anual a este templo, normalmente coincidiendo con el aniversario de la partida de Moto Tsume a las Tierras Sombrías, para rezar por la fuerza y la sabiduría necesarias para alejar a los Moto de la oscuridad del pasado. En ocasiones, también se ordena a una Doncella de Batalla Utaku que peregrine al Templo de la Moto Perdida como recordatorio de que incluso los más valientes y los que tienen las mejores intenciones pueden caer.
Sólo a los miembros de la familia Moto se les permite unirse a la orden monástica de este templo, y una de sus principales tareas es recordar los nombres de todos los Moto que han caído en las Tierras Sombrías. A estos monjes sólo se les permite abandonar los terrenos del templo durante el Festival del Crisantemo, uniéndose a esas festividades antes de regresar a sus deberes ascéticos. La mayoría de los daimyo de los Moto realizan una peregrinación anual a este templo, normalmente coincidiendo con el aniversario de la partida de Moto Tsume a las Tierras Sombrías, para rezar por la fuerza y la sabiduría necesarias para alejar a los Moto de la oscuridad del pasado. En ocasiones, también se ordena a una Doncella de Batalla Utaku que peregrine al Templo de la Moto Perdida como recordatorio de que incluso los más valientes y los que tienen las mejores intenciones pueden caer.