Situado a lo largo de la frontera oriental de la provincia, este monasterio está dedicado al culto de Kuroshin, la Fortuna de la Agricultura, y es ampliamente conocido (al menos en la Hermandad) por ser un lugar de piedad y trabajo duro. Sin embargo, tras los sucesos de la era de los Cuatro Vientos a mediados del siglo XII, los monjes de este monasterio intentaron adoptar el culto de los Señores de la Muerte gaijin, lo que desencadenó un agrio debate en la Hermandad. Los monjes de Viento de las Llanuras estuvieron a punto de ser condenados al ostracismo hasta que Totori III reconoció que los dioses extranjeros ocupaban un lugar legítimo en la Orden Celestial y se restableció la paz. Para actuar como puente entre los Sacerdotes de la Muerte Moto y el resto de la Hermandad, los monjes de Viento de las Llanuras añadieron también el culto a Emma-O a su cartera.