Al norte de Egami Mura se encuentra el tristemente célebre Camino del Dolor, también conocido como Camino del Exilio y muchos otros nombres. Durante el éxodo de los Ki-Rin en los albores del Imperio, se conocía como el Sendero de la Desgracia, y durante la era de los Emperadores Toturi se llamó Sendero del Deshonor o el Camino del Escorpión. El camino está muy bien cuidado, aunque no se utiliza a menudo; sólo lo recorren las patrullas Shinjo, las raras caravanas que toman una ruta inusual... y los aún más raros exiliados. Aquellos samuráis que cometen cierta clase de crímenes deshonrosos son sentenciados por el Emperador a viajar por Kanashimi no Komochi y abandonar el Imperio, para no regresar jamás a Rokugán. Las zonas a ambos lados del camino se mantienen libres de árboles o maleza durante una buena distancia, asegurando que no haya ningún lugar donde un exiliado pueda esconderse. Una unidad de arqueros a caballo Shinjo escolta a los que recorren el camino, asegurándose de que los condenados a abandonar el Imperio no intenten volver atrás.