El Castillo de las Gran Catarata, una fortaleza visualmente impresionante construida sobre una cascada que brota de las montañas, está gobernado conjuntamente por los Mirumoto y los Kitsuki. Aunque el señor del castillo suele ser un Kitsuki, muchos soldados Mirumoto están estacionados allí, y su comandante trabaja en tándem con el señor. Muchos Kitsuki perfeccionan sus conocimientos de kenjutsu entrenándose con los Mirumoto, y los mejores de entre ellos pasan a engrosar las filas de los justicar, magistrados que imparten justicia por su propia mano. Dado que los justicar buscan inculcar un fuerte sentido del honor y la disciplina entre sus filas, el castillo es austero incluso para los estándares de los dragones, sin apenas decoración ni comodidades. Sin embargo, la belleza del lugar habla por sí sola, y algunos lo visitan para mostrar su aprecio a través de diversas obras de arte (aunque rara vez se conservan en el lugar). La remota ubicación del castillo también ha hecho que se utilice como arsenal para el Clan Dragón, con armas y suministros almacenados entre sus muros. Dado que los Dragón son el Gran Clan más pobre del Imperio, esto se considera un deber vital, si no glorioso.
Las historias locales afirman que el castillo se construyó originalmente para controlar el caudal de la catarata, y que era capaz de liberar torrentes de agua sobre cualquier invasor. Sin embargo, esto nunca se ha confirmado, y los señores del Castillo de la Gran Caída guardan sus secretos.
Las historias locales afirman que el castillo se construyó originalmente para controlar el caudal de la catarata, y que era capaz de liberar torrentes de agua sobre cualquier invasor. Sin embargo, esto nunca se ha confirmado, y los señores del Castillo de la Gran Caída guardan sus secretos.