Construido en los flancos de la Montaña Diente de Fuego, un volcán casi inactivo (sólo ha mostrado actividad un puñado de veces en la historia del Imperio), siempre ha sido un lugar donde los shugenja Dragón pueden explorar los secretos de los elementos y honrar a las Fortunas. La entrada del castillo es en realidad una serie de cuevas serpenteantes que serpentean por la ladera de la montaña; por ello, el castillo no tiene guardias, ya que el acceso es imposible para cualquiera que no esté familiarizado con estas cuevas. Dentro de estos túneles se encuentra el Dojo del Hogar de la Montaña, físicamente el mayor dojo de las tierras del Dragón, donde los shugenja estudian magia, alquimia e incluso artes marciales. En el castillo propiamente dicho se encuentra la Biblioteca Sagrada, que recoge la sabiduría de todos los miembros de la familia desde la propia Agasha. La biblioteca está organizada de un modo que sólo los shugenja de la familia pueden comprender, y no se permite la entrada a extraños en sus distintas salas. Los visitantes que busquen información en la Biblioteca Sagrada deben pedir a uno de los bibliotecarios dragón que la recupere por ellos, y nunca se permite que ningún documento salga del castillo -incluso copiar uno requiere el permiso del daimyo de la familia-. Sin embargo, el activo más importante de la familia -incluso más importante que la biblioteca- se encuentra en las cuevas de las profundidades del castillo. Allí se encuentran las fundiciones, donde los shugenja experimentan con la forja, la artesanía y los misterios de la alquimia.