Cualquier visitante que pase por delante de esta solitaria atalaya en el extremo sur de la provincia de Mihari probablemente no le prestará mucha atención, pensando que se trata de un puesto de guardia fronterizo más. Sin embargo, Zumiki-Mihari tiene un propósito único para el Fénix. Al sur de ella se encuentran las tierras ancestrales de la familia Otomo; aunque no tienen fuerza militar propia, los Otomo ejercen una enorme influencia política en las cortes, y nada les gusta más que entrometerse en los asuntos entre clanes, incluidos los que afectan al Fénix. La torre se construyó con un propósito simple y específico: observar las tierras de los Otomo y recopilar toda la información posible sobre sus actividades. Aunque se trata literalmente de espiar, los Fénix prefieren verlo como una forma de reconocimiento preventivo, pues saben muy bien que un solo cortesano Otomo es tan peligroso como todo un ejército.
Aunque la torre tiene una buena vista sobre las llanuras vecinas de los Otomo, su verdadero potencial se desbloquea con la magia. Los hechizos del Fénix les permiten controlar los acontecimientos mucho más allá de lo que el simple ojo puede ver. Esta es una de las pocas áreas en las que las distintas familias del Fénix cooperan incondicionalmente, ya que todas saben lo molestos que pueden llegar a ser los Otomo.
Los Fénix suponen que los Otomo conocen la existencia de la torre; al fin y al cabo, la red de información de los imperiales es bastante extensa. Sin embargo, se han abstenido de hacer acusaciones públicas contra el clan, por lo que los Fénix continúan espiando en silencio.
Aunque la torre tiene una buena vista sobre las llanuras vecinas de los Otomo, su verdadero potencial se desbloquea con la magia. Los hechizos del Fénix les permiten controlar los acontecimientos mucho más allá de lo que el simple ojo puede ver. Esta es una de las pocas áreas en las que las distintas familias del Fénix cooperan incondicionalmente, ya que todas saben lo molestos que pueden llegar a ser los Otomo.
Los Fénix suponen que los Otomo conocen la existencia de la torre; al fin y al cabo, la red de información de los imperiales es bastante extensa. Sin embargo, se han abstenido de hacer acusaciones públicas contra el clan, por lo que los Fénix continúan espiando en silencio.