Pocos fuera del Fénix conocen la existencia de Shinden Asako, y aún son menos los que han pisado alguna vez sus terrenos secretos. Construido en las profundidades del Isawa Mori, Shiden Asako es el único dojo formal de los henshin, donde unos pocos elegidos de la familia aprenden los secretos del Camino del Hombre. Conectado con Michita Yasumi por un estrecho sendero, Shinden Asako está construido con piedra natural y se integra fácilmente en su entorno. Las defensas mágicas se combinan con su ubicación apartada para garantizar que nadie tropiece con ella por casualidad. Aquí los novicios henshin reciben su entrenamiento, una forma de instrucción no muy diferente a la que se ve en la mayoría de los monasterios de la Hermandad. La enseñanza se centra en prácticas esotéricas para despertar el alma, al tiempo que se aprende a influir en los kami a través de los llamados "misterios" y "acertijos".
El santuario es un lugar ascético, apenas más cómodo que un monasterio, con las comodidades justas para que los asako consideren que viven como samuráis. Alrededor del complejo central se encuentran santuarios más pequeños, dedicados a diversas Fortunas, antepasados y seres Celestiales; muchos de ellos fueron construidos por Asako individuales por motivos personales. Shinden Asako sólo cuenta con una modesta biblioteca, pero se dice que algunos de los escritos que allí se conservan fueron redactados por la propia Dama Asako. Aunque estos escritos no abarcan la Senda del Hombre en sí, siguen considerándose un tesoro de la familia, ya que recogen las ideas de su fundadora sobre el lugar del hombre en el universo.
El santuario es un lugar ascético, apenas más cómodo que un monasterio, con las comodidades justas para que los asako consideren que viven como samuráis. Alrededor del complejo central se encuentran santuarios más pequeños, dedicados a diversas Fortunas, antepasados y seres Celestiales; muchos de ellos fueron construidos por Asako individuales por motivos personales. Shinden Asako sólo cuenta con una modesta biblioteca, pero se dice que algunos de los escritos que allí se conservan fueron redactados por la propia Dama Asako. Aunque estos escritos no abarcan la Senda del Hombre en sí, siguen considerándose un tesoro de la familia, ya que recogen las ideas de su fundadora sobre el lugar del hombre en el universo.