El Tribunal Sentaku desempeña varias funciones para la Burocracia Imperial, pero la más importante es controlar el acceso al Ekohikei (Ciudad Interior) y a La Ciudad Prohibida. Antes de su creación, los samuráis acudían en masa a la ciudad en busca de una audiencia con el Hijo del Cielo, abarrotando el lugar mientras esperaban durante días o semanas su oportunidad. Esto no sólo convertía la ciudad en un caos, sino que también consumía demasiado tiempo del Emperador en interminables audiencias. Con el tiempo, se hizo evidente que serían necesarios intermediarios para controlar el acceso a la ciudad y, especialmente, al Emperador. Así nació el Tribunal Sentaku.
Los miembros del Tribunal proceden de los cuatro distritos del Ekohikei para garantizar la diversidad de opiniones y políticas (los Otomo lo prefieren así para evitar la formación de cábalas). Sentaku significa "elección", y los hombres y mujeres que son honrados con un nombramiento en el Tribunal son los que eligen si cualquier petición o solicitud merece el tiempo del Emperador. También se encargan de muchos asuntos administrativos importantes para la ciudad, pero que no reciben la atención del Emperador, y se considera que hablan con la voz del Emperador en estos asuntos. Cualquier declaración o decreto que hagan se considera ley en Rokugán, y sólo puede ser anulado por el Campeón Esmeralda o el propio Emperador. Sin embargo, el Tribunal también tiene sus propios métodos encubiertos para mantener el control en el Ekohikei; ciertos miembros de moral más flexible reclutan a criminales taimados para ocupar puestos de poder dentro de la ciudad imperial, asegurándose de que estas personas devolverán el favor cuando se les pida. Los que saben se refieren a estos miembros del Sentaku como el "Sindicato Sentaku", aunque la existencia de este grupo es oficialmente negada por todos.