En Rokugán, toda la tierra pertenece al Emperador y sus samuráis la mantienen por el bien del Imperio. Sin embargo, hay algunos lugares que parecen escaparse a este diseño pulcramente regimentado. A veces estos lugares están gobernados por agentes Imperiales, en otras ocasiones están protegidos por un clan, pero también hay casos de pueblos e incluso ciudades completamente "independientes" que pagan impuestos directamente al Emperador (o en algunos casos no pagan impuestos en absoluto). Y, por supuesto, hay grupos como los bandidos que buscan activamente situarse fuera del orden correcto de las cosas.