Las tierras que pertenecen a las órdenes religiosas de Rokugán no están organizadas en provincias como las tierras de los Grandes Clanes. Están dispersas por todo el Imperio, a menudo enclavadas en el corazón mismo de las tierras pertenecientes a uno u otro de esos clanes. Estas posesiones religiosas suelen ser lugares de gran importancia espiritual o histórica, a pesar de su ubicación a veces remota. La iluminación es un destino al que se llega por muchos caminos, después de todo, y puede encontrarse en los lugares más inverosímiles.
La Hermandad está, en el mejor de los casos, vagamente organizada y las distintas órdenes que la componen varían entre sí en casi todos los aspectos; sus posesiones son igualmente diversas en cuanto a temática, aunque comparten ciertas similitudes físicas.