Los kenku parecían cuervos bípedos del tamaño de un hombre, con brazos curtidos, picos puntiagudos y enormes alas. Eran capaces de un vuelo prolongado, y sus dedos podían manipular armas y herramientas con tanta destreza como los seres humanos en la batalla. Utilizaban sus alas para abofetear y desorientar a sus adversarios. Los Kenku no envejecían y eran inmunes a las enfermedades ordinarias. Eran efectivamente inmortales, aunque aún podían morir a causa de la violencia, el hambre o un percance.
Los Kenku eran una de las Cinco Razas que gobernaban el mundo que se convertiría en Rokugán tras el Gran Sueño de los Naga. Estaban relacionados con el Elemento Aire.