El Clan de la Serpiente era una familia antaño orgullosa y próspera, descendiente del magistrado Imperial Isawa Chuda, que había salvado la vida del Emperador de la amenaza mortal de un culto maho. El Emperador proclamó a Chuda primer daimyo en 339. El clan estableció su hogar en la Llanura del Corazón del Dragón, ganándose la vida cómodamente gracias al comercio con las tierras situadas al sur. Eran una familia anodina en todo, salvo por su completa lealtad a Rokugán. Pero ni siquiera esto, al final, pudo salvarles de un oscuro destino.
Cuando la pequeña familia exploró las tierras que se les habían concedido, las encontraron embrujadas. Un antiguo espíritu se aparecía en su castillo la primera noche de cada mes, gritando y rogando a la familia que escuchara sus súplicas. Durante generaciones, los Chuda ignoraron las súplicas del espíritu, hasta que finalmente, el joven hijo del Campeón Serpiente respondió al espíritu. En ese momento, las apariciones parecieron cesar.
En 401, el daimyo de la Serpiente murió y, siete días después, su hijo se convirtió en Campeón. El hijo, Chuda Tamihei, con la ayuda del espíritu -un Shuten Doji- concibió un complot para conseguir la inmortalidad y el poder mediante el uso de fuerzas oscuras. El Shuten Doji empezó a poseer a todo ser vivo en las tierras del Clan de la Serpiente, y el daimyo inició su búsqueda de poder.
Sólo gracias a la intervención de las Fortunas, el Clan Fénix descubrió el complot y el mal que se estaba gestando entre la familia de su frontera. Los Maestros Elementales estaban indignados por las acciones del joven daimyo y aterrorizados por las implicaciones para el resto de Rokugán. En 402 movilizaron a sus ejércitos del Fénix y marcharon sobre las tierras de la Serpiente en lo que se conoció como las Cinco Noches de Vergüenza, exterminando a todo ser viviente de la Llanura del Corazón de Dragón. Una vez acabado, los Fénix estaban convencidos de que no quedaba ni un alma viva del Clan Serpiente.