Suisei parece un hombre mayor, de unos cincuenta años, con la cabeza afeitada de un miembro de la Hermandad y la túnica azafrán algo raída de un monje errante. Su estatura está algo por debajo de la media y, aunque le tiemblan ligeramente las manos, sigue estando bastante en forma. Suisei siempre tiene cuidado de mantener la cortesía adecuada con los samuráis (nunca les mira a los ojos, se refiere a ellos como "sama", etc.), no por miedo, sino simplemente porque así es como se supone que uno debe actuar.