El Abanico del Gran Maestro es un objeto extraordinario que sólo han portado un puñado de hombres en la historia de Rokugán: los shugenja legendarios que han llegado a ostentar el título de Gran Maestro de los Elementos y, por tanto, han recibido el nombre de "Naka". En realidad, Naka no es un apellido, sino un honorífico que los propios Dragones Elementales conceden a aquellos raros individuos que consideran dignos de ser nombrados Gran Maestro de los Elementos. El primero de estos Grandes Maestros fue Naka Kaeteru, que vivió en el siglo II de Rokugán. Se desconocen los nombres de la mayoría de los Grandes Maestros que sucedieron a Kaeteru, aunque se sabe que en el siglo XII pasó al shugenja Naka Kuro y de éste a su alumno Naka Tokei. La ausencia de tantos Grandes Maestros en las historias oficiales del Imperio es un descuido notable y puede tener un significado más profundo de lo que nadie sabe (aparte de los propios Dragones Elementales).
[Libro del Aire pg. 122]
El Abanico del Gran Maestro está hecho de costillas de rica madera oscura. Sin embargo, aquí es donde termina su parecido con los abanicos Rokuganeses mundanos. Las hojas que ocupan los espacios entre las varillas están hechas de un delicado material blanco dorado que se asemeja a la seda, pero que no tiene sustancia aparente al tacto, sino que se siente como una niebla fría. Cuando se abre y se sostiene el abanico, una fina niebla dorada emana de él y extraños símbolos kanji parpadean por su superficie como sombras a la deriva.